Aldabonazo moral del Papa

Autor: Jesús Domingo Martínez 

 

La crisis de valores que sufre la sociedad española exige una respuesta firme desde el punto de vista moral. En este contexto deben interpretarse las manifestaciones concluyentes de Benedicto XVI formuladas a los periodistas que el pasado mes de noviembre cubrieron su desplazamiento a nuestro país. El Papa denunció sin rodeos una ofensiva contra la Iglesia, cuyo único precedente en nuestra historia se sitúa en la época convulsa de la II República. No sólo se trata de una elemental distinción entre laicismo y laicidad que el Gobierno prefiere ignorar, vulnerando así la Constitución, que exige a los poderes públicos una cooperación positiva con la Iglesia católica. Estamos ante un planteamiento que responde a una ideología radical que pretende crear debates artificiales para esconder el grave fracaso del Ejecutivo ante la crisis económica. El Gobierno que preside Rodríguez Zapatero ha impulsado la ampliación del aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo y ha anunciado una ley de la eutanasia. Ha puesto en marcha una asignatura para adoctrinar a los jóvenes escolares en contra del derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos. Procura eliminar un día tras otro los símbolos cristianos de la vida pública –ahora, por la vía de los hechos, los está quitando de los colegios-, vulnerando una tradición de siglos. En fin, amenaza continuamente con una reforma sectaria e innecesaria de la Ley de Libertad Religiosa que rige de manera satisfactoria desde hace treinta años las relaciones entre la Iglesia y el Estado, al igual que los acuerdos España-Santa Sede, firmados al mismo tiempo que se aprobó la Constitución. Estoy convencido que las palabra del Papa en aquella ocasión fueron un aldabonazo moral.