¿Diálogo entre la fe y la razón? No interesa

Autor: Jesús Domingo Martínez 

 

La insistencia con la que Benedicto XVI alienta el diálogo entre la fe y la razón para configurar una sociedad basada en el respeto a la dignidad de la persona no es una casualidad, es un hecho innegable. Forma parte de una emergencia antropológica y también educativa, está utilizando la psicología del anuncio. El Papa lo ha dicho con insistencia en su reciente Visita a Santiago de Compostela y Barcelona, y lo ha vuelto a repetir de forma bella y precisa en la Exhortación Apostólica “Verbum Domini”. Se trata de una específica contribución de la propuesta cristiana a un mundo que muchas veces siente a Dios como superfluo y extraño, y en consecuencia al hombre como un viajero sin sentido, materia para la ingeniería social de los poderosos de turno. También está claro que no se da una repuesta intelectual coherente, antes al contrario, se utiliza la descalificación y, cuando no, el insulto. Esto demuestra que hay sectores, hasta entre los mismos gobernantes, que no están dispuestos a permitir se de un clima de serena respuesta pública de la fe a los interrogantes hoy planteados. Sin duda hay un mar de fondo que pretende arrastrar hacia su interior cualquier elemento que se oponga a la construcción social planteada y aprobada en los despachos de los ingenieros sociales, ahí están las leyes del Parlamento no las de la razón ni las del derecho natural, ahí está la planificación social a costa de la vida humana, etc.