¿Por qué molesta la doctrina de la Iglesia?

Autor: Jesús Domingo Martínez

 

 

Hoy no se admitiría de ningún modo una intervención directa de la Iglesia en el ámbito político y, en cambio, en nombre del pluralismo hay personas que imponen una perspectiva atea con una fuerza cercana al fundamentalismo. Parece que no pueda ser que aquellos que se oponen, creo que con razón, a que la Iglesia actúe impongan sus ideas de la misma manera. Cabe preguntarse: ¿Por qué los cristianos no saben vender mejor sus ideas?

Y es que la respuesta no es única. Los católicos deberíamos hablar más de lo positivo; comunicar la belleza del mensaje cristiano en el ámbito social. No basta señalar lo que está mal, y a veces nos quejamos en vez de hablar de lo positivo. Por otro lado, la doctrina de la Iglesia molesta a algunos porque se ve como un freno al hedonismo, a la explotación del hombre… y esto molesta y se excluye del debate político. El resultado es que una élite poderosa se impone a una mayoría silenciosa, callada. Hay un tercer elemento, que afecta a todos, y es la existencia de un cierto cansancio hacia la política; eso hace que en ocasiones no se reaccione y los cristianos permanezcan al margen.