En defensa de la vida

Autor: Jesús Domingo Martínez

 

 

Tal vez lo más significativo del genuino movimiento social contra el aborto sea su planteamiento positivo, como un acto de servicio hacia los más débiles, ya se trate del nasciturus o de las adolescentes a las que se pretende atribuir una capacidad de decisión que puede marcar su futuro para siempre. La izquierda radical procura ofrecer una imagen retrógrada de la Iglesia o de cualquier sector que se oponga a un proyecto injustificable. La falacia consiste en presentar una religión oscurantista y llena de prejuicios como el gran enemigo del mundo moderno y el progreso científico. Es un enfoque intolerable, cuya única explicación sería la ignorancia o la mala fe. En efecto, miles de personas de toda condición ejercieron durante todo el año anterior su derecho a discrepar con un tono positivo y alegre, sin perjuicio de la crítica contundente a una norma contraria a los principios éticos y jurídicos que sustentan la dignidad humana. El silencio de los supuestos progresistas ante el manifiesto promovido por científicos del más alto nivel demuestra también su incapacidad para responder con argumentos al margen de las consignas o de los tópicos al uso.