¿El aborto libre un derecho?
Autor: Jesús Domingo Martínez

 

 

En su habitual estilo de ambigüedad, el presidente del Congreso de los Diputados, José Bono, manifestó, antes de la manifestación de Octubre, que le “chocaba” que las niñas de 16 años no consultaran a sus padres o allegados en caso de que quieran abortar. De esta manera, la tercera autoridad del Estado ha venido a desviar el debate sobre el aborto libre hacia esa pantalla de humo, tan hábilmente extendida por el Gobierno para ocultar la gravedad de sus propósitos. Que una adolescente consulte o no a sus padres es, en realidad, un aspecto secundario del proyecto de ley. Lo que de verdad se dirime es que el aborto se convierta en un “derecho” de la madre sobre la vida del hijo en gestación, y sobre esto no ha dicho una sola palabra el señor Bono que, paradójicamente, no cesa de proclamar su condición de católico.

En todo caso, para cubrir las apariencias, no sería extraño que el Gobierno se plantee algún retoque a propósito de las adolescentes y dar así la sensación de cierta flexibilidad ante la gran manifestación y las propias críticas internas de su partido. Pero lo esencial, es decir, el aborto libre como derecho, eso parece intocable incluso para Bono, que ni siquiera se plantea el voto de conciencia para no quebrantar la disciplina de partido. Lo que de verdad se dirime es que el aborto, un crimen, se convierta en un “derecho”.