Ni el cura laico, ni el laico cura
Autor: Jesús Domingo Martínez

 

 

El Papa ha recordado que la Iglesia está orgánicamente estructurada como Cuerpo de Cristo; y que por tanto, sus miembros no todos tienen la misma función, y que “esto es precisamente lo que constituye la belleza y la vida del cuerpo”.

En esta perspectiva, afirmó el Pontífice, es necesario evitar la secularización de los sacerdotes, así como el clericalismo de los laicos, explicando a continuación la función específica de cada uno de ellos. El Papa recordó que los fieles laicos deben empeñarse en expresar en la realidad, incluso a través del compromiso político, la visión antropológica cristiana y la doctrina social de la Iglesia. En cambio, los sacerdotes deben permanecer apartados del compromiso personal en la política, con el fin de favorecer la unidad y la comunión entre todos los fieles, y de esta manera poder ser un punto de referencia para todos, explicó.

Y es que para el Papa, la relación entre sacerdocio común y ministerial constituye actualmente uno de los puntos más delicados del ser de la vida de la Iglesia. “La falta de presbíteros -afirmó- no justifica una participación más activa y numerosa de los laicos. En realidad, cuanto más son conscientes los fieles de sus responsabilidades en la Iglesia, tanto más sobresale la identidad específica y el papel insustituible del sacerdote como pastor del conjunto de la comunidad, como testigo de autenticidad de la fe y dispensador, en nombre de Cristo-Cabeza, de los misterios de la Salvación”. Asimismo -añadió Benedicto XVI- la función del presbítero es esencial e insustituible para el anuncio de la Palabra y la celebración de los Sacramentos, sobre todo la Eucaristía.