Que la muerte de un embrión sea considerada como la de un ser humano

Autor: Jesús Domingo Martínez

 

 

En el Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia se han conseguido generar tres nuevas líneas celulares distintas a partir de un numeroso grupo de embriones humanos.

Como en la prensa se especifica y creo que es interesante recordarlo, para conseguir estas tres líneas celulares los investigadores valencianos han utilizado 184 embriones humanos congelados. Tras la descongelación sobrevivieron 73, el 40%, y finalmente 24 consiguieron llegar a blastocistos. De ellos es de donde se obtuvieron las tan deseadas líneas celulares. Es decir, ha habido que destruir 73 embriones, esto es 73 vidas humanas, 24 de ellas ya en fase de blastocisto.

Ante estos datos tendríamos que reflexionar todos, pero especialmente quienes autorizan y soportan económicamente estas investigaciones. Pienso que hay que transmitir a la sociedad que no hay ninguna experimentación biomédica, por importante que parezca, que justifique terminar con uno solo
de esos pequeños embriones, los más débiles de los débiles entre los seres humanos.

Estaría de acuerdo y por eso animo a nuestros científicos a que continúen sus investigaciones por caminos que sean absolutamente respetuosos con la vida humana, a que su ciencia avance de la mano de la vida, para que cualquier vida, incluida la de los 24 blastocistos del Centro de Investigación Príncipe Felipe, sea respetada, y para que de ahora en adelante la muerte de un embrión sea considerada como la muerte de un ser humano y a la ciencia que haya que construir sobre la destrucción de una sola vida humana se la proscriba.