La pildora del día después
Autor: Jesús Domingo Martínez

 

 

La estrategia del gobierno británico por disminuir los índices de embarazos en las adolescentes basada en la aplicación de la píldora del día después ha fracasado.

La estrategia facilitaba el acceso a la píldora del día siguiente, que también se conoce por la vía del eufemismo denominado “anticoncepción de emergencia”, que no es otra cosa que un aborto farmacológico.

Durante el periodo que duró la estrategia, el número de chicas menores de 16 años que fueron a las mal denominadas “clínicas de planificación familiar”, dónde se imparten anticonceptivos (también los abortivos), aumentó en un 143,5 %. Durante este mismo periodo, el número de recetas para la píldora del día siguiente en el mismo sector de la población aumentó en un 248,8 % y en un 321,5 % para las adolescentes de 16 a 19 años de edad.

No obstando, la taza oficial de embarazos se mantuvo casi igual y la taza de abortos aumentó. En cuanto que los casos de enfermedades sexualmente transmitidas, entre las chicas de 16 a 19 años de edad, había aumentado en un 58,3 %.

No es difícil darse por que esta estrategia ha fracasado, como lo ha hecho también y lo sigue haciendo con proyectos parecidos a los Estados Unidos. La disponibilidad de anticonceptivos a vulnerables adolescentes provoca una aumento de la promiscuidad. Como que ningún anticonceptivo es totalmente eficaz al impedir la concepción o la implantación del embrión humano acabado de ser concebido al útero de su madre, produciéndose de esta manera un aborto farmacológico, entonces se producen los embarazos. El aborto quirúrgico aparece entonces como el último espaldarazo a la quiebra de los anticonceptivos, diríamos que se convierte en el último anticonceptivo. Al parecer, aquí todavía no nos hemos enterado de todo esto y continuamos empleando métodos fracasados.