La familia tiene derecho a ser reconocida en su propia identidad  
Autor: Jesús Domingo Martínez

 

 

Por su función social esencial, la familia tiene derecho a ser reconocida en su propia identidad y a no ser confundida con otras formas de convivencia, así como a contar con la debida protección cultural, jurídica, económica, social, sanitaria y, muy particularmente, con un apoyo que teniendo en cuenta el número de hijos y los recursos económicos disponibles, sea suficiente para permitir la libertad de educación y de elección en la escuela.

Estas palabras, que Benedicto XVI dirigió a los participantes en el VI Encuentro Mundial de las Familias celebrado en México, están tan cargadas de sentido común como, por desgracia, puestas en entredicho por algunos gobiernos, desgraciadamente el nuestro está entre ellos, que con su forma de legislar no reconocen, y por lo tanto no protegen adecuadamente, la función determinante que la familia tiene para la sociedad.

Por eso, confiados en Dios, que tiene en su corazón a las familias, y alentados por las palabras del Papa así como por el testimonio de millones de familias cristianas en todo el mundo, hemos de poner nuestros esfuerzos en trabajar por la familia, no dejando en manos de otros esta apasionante labor que nos corresponde. Sólo así se podrán ir desarrollando una cultura y una política de la familia, vertebradas por una visión antropológica coherente con el Evangelio, cuyas actividades organizadas vayan fermentando como levadura en la masa, humilde pero eficazmente, en favor del bien común.