Increíble, a no ser que...

Autor: Jesús Domingo Martínez

 

 

Hace unos días leía el siguiente escrito en un diario de gran tirada: "Abro el correo y encuentro un e-mail que dice: 'Se regalan cachorros de perro' y adjuntan tres fotos de unos pequeñajos encantadores, que por supuesto no tienen ni idea de lo que les espera si alguien no los adopta, porque el e-mail termina diciendo que si no los acoge nadie, ¡serán sacrificados! Increíble. ¿Se puede saber en qué momento le dieron a esa persona el poder de decidir sobre la vida?"

Al leer esta nota y los datos sobre los abortos producidos en España durante el año 2005 (más de 90.000) que acababa de ser noticia, exclamé ¡Increíble! Al tiempo que me pregunté ¿Es posible que nos impresione la muerte de tres cachorros de perro y no la de 90.000 cachorros humanos en estado embrionario? Con esto no quiero justificar la muerte de los cachorros sino sensibilizarnos sobre la de los humanos, pues lo considero increíble, a no ser que hayamos perdido el sentido, el valor y la dignidad de la persona humana. Al mismo tiempo me hago y les hago la misma pregunta con la que acababa el escrito comentado: ¿Se puede saber en qué momento les dieron a esas personas el poder de decidir sobre la vida de 90.000 humanos?