Un viaje de alto riesgo

Autor: Jesús Domingo Martínez

 

 

El papa Benedicto XVI, defensor de la identidad cristiana de Europa, emprende un viaje aventurado a la Turquía musulmana, país que llama a la puerta de la Unión Europea (UE), once semanas después de una fuerte polémica desatada por sus declaraciones sobre el Islam. 

Todo da a entender que el Sumo Pontífice recibirá una acogida glacial, tanto de parte de las autoridades políticas, como de la población, musulmana en un 99%. Para empezar, el jefe del Gobierno y su ministro de Asuntos Exteriores no estarán en el país para recibirlo, sino en una cumbre de la OTAN en Riga. 

Pero el motivo inicial del viaje del jefe de la Iglesia Católica a Turquía es una cumbre que mantendrá en Estambul con el patriarca de Constantinopla, Bartolomeo I, el representante espiritual de los ortodoxos. 

Once semanas después del discurso del Papa en Ratisbona, del que después Benedicto XVI alegó que lo habían malinterpretado y no desperdició una ocasión para reiterar su apego al diálogo con el Islam. Varios dignatarios de diferentes países tomaron nota. 

En este contexto, el Santo Padre tendrá dificultad para abordar uno de sus temas preferidos, la libertad religiosa de las minorías cristianas en los países musulmanes. Sin duda hay muchas incógnitas en este viaje de alto riesgo. Pienso que los católicos podemos apoyarlo con nuestra comprensión y, especialmente, con nuestra oración, pues no deja de ser un viaje de alto riesgo.