Dentro de una sana laicidad
Autor: Jesús Domingo Martínez

 

 

El Cardenal García-Gasco aseguraba que “la sana laicidad nada tiene que ver con el laicismo radical y excluyente que se presenta hoy en España"

Ni tampoco con el laicismo radical y excluyente que, de forma diáfana o con ciertos camuflajes, se presenta actualmente en nuestro país, y también en otros países de tradición y mayoría cristiana, añadimos nosotros.

De igual forma, decía el cardenal que "la libertad religiosa no es tal cuando se convierte en una política de "apartheid", de confinar la religión a la sacristía". ¿No les parece que no hay contraposición entre una visión de la vida enraizada firmemente en la dimensión religiosa y un orden social respetuoso con la dignidad y los derechos de la persona? Si no la hay ¿porqué actuamos como si la hubiera?

Los creyentes "estamos llamados a proponer una visión de la fe, no en términos de intolerancia, discriminación o conflicto, sino de total respeto a la verdad, la coexistencia, los derechos y la reconciliación", y es que debemos presentar la libertad religiosa como piedra esencial del edificio de los derechos humanos. La libertad religiosa corresponde a "la unidad de la persona, aun distinguiendo claramente entre la dimensión de ciudadano y la de creyente, dentro de una sana laicidad".