El realismo de la vida

Autor: Jesús Domingo Martínez

 

 

La presidenta de la Subcomisión que estudia la modificación de la Ley del Aborto recibió millares de postales que recogen la fotografía de un bebé, con unos bellos ojos interrogantes, bajo la cual aparece el rótulo “Mamita, no me mates”, los día antes de Navidad, al finalizar los trabajos de dicha subcomisión.

Ese bebé que quiere nacer y que le pide a su madre que lo deje vivir, también da las gracias a los políticos que se han comprometido a través de su vocación pública, a proteger la vida de los más indefensos. Puede que el intento de esta postal tan elocuente no tenga el eco que espera, porque quizás el PSOE ya ha decidido la postura de la Subcomisión tras buscar el apoyo de la izquierda radical, y de unos partidos nacionalistas que hace tiempo abandonaron sus viejas raíces de humanismo cristiano en aras de los ídolos del nacionalismo. Pero frente a la ideología de la muerte, ahí está su reclamo cargado de realismo, como un grito en el desierto de las conciencias que debería ser escuchado por quienes tienen la noble misión de proteger y tutelar la dignidad de toda persona y el bien común de la sociedad.