Dar al aborto carta de naturaleza

Autor: Jesús Domingo Martínez

 

 

Ante los datos oficiales sobre el aborto en el último año en España, se miren por donde se miren, es innegable que se registra un grave retroceso en la sociedad española, incapaz de poner freno y reducir una práctica que desprecia la vida humana incipiente. Además de revelar un deterioro en la salud moral de la colectividad, el aborto es un hecho traumático e indeseable, de negativas secuelas para la mujer que lo sufre.

Detrás de cada feto sacrificado hay una historia de fracaso personal y colectivo. Han fallado quienes deben velar por el cumplimiento escrupuloso de la ley y se limitan a hacer la vista gorda, hasta el punto de que se han registrado casos tan siniestros como el de las clínicas del doctor Morín. Asistimos, por tanto, a un fracaso colectivo que no debería dejar a nadie indiferente, menos aún a los poderes públicos.

Pero es de temer que el Gobierno y su partido tengan una visión del aborto muy diferente y consideren un derecho de la mujer lo que la gran mayoría tiene por una lacra. Así se explica la declaración realizada por la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, al asegurar que las desbocadas cifras de abortos demuestran que hay que cambiar la ley para liberalizarlo. Es decir, en vez de hacer frente al fracaso, darle carta de naturaleza. Con esta filosofía, los datos de hoy se habrán quedado muy cortos el año próximo.