Para evitar la violencia escolar 

Autor: Jesús Domingo Martínez

 

 

Como profesional de la educación, estoy convencido de que la violencia escolar tiene su origen en la falta de normas en familia. Aunque no sea la única causa, sí es la primera. Las agresiones están motivadas por la pérdida del sentido de la autoridad, del respeto hacia la figura del profesor y hacia los padres, que deben ser los primeros en educar en valores o principios éticos elementales, como el respeto y la solidaridad, acompañándolo con el ejemplo. “Educar en valores es clave para evitar la violencia escolar”, sentencian algunos expertos, con los que estoy de acuerdo.

Además, los padres deben mantener una conexión directa con el colegio y comprobar si sus hijos cumplen las normas que allí hay. Los niños deben desarrollar una responsabilidad tutelada, aprender a ser autónomos y a asumir paulatinamente ciertas responsabilidades, de acuerdo con la edad; pero con control –mejor a distancia para ser efectivos-; es decir, se ha de combinar sabiamente el binomio autoridad-libertad. En este aspecto, ¿no tendrá también que examinarse el sistema educativo? No obstante, lo que sí está claro es que la falta de autoridad está haciendo de la profesión de educar, una profesión de riesgo.