La dicotomía sexo vs. género, una premisa errónea

Autor: Jesús Domingo Martínez

 

 

Las fundadoras del feminismo de género basaron su teoría en los fraudulentos estudios del Dr. Money. Kate Millet publicó el libro "Sexual Politics" en 1970, que fue como la Biblia del feminismo, donde citando a Money afirmaba que las diferencias entre hombre y mujer reflejaban imperativos no biológicos, pero sí prejuicios y expectativas sociales. La socióloga feminista Ann Oakley decide retomar el concepto de Género e incorporarlo a la Sociología, "el término 'sexo' se refiere a la división biológica entre hombre y mujer; 'género' a su paralelo que resulta de la desigual división social en feminidad y masculinidad". El género, entonces llama la atención sobre los aspectos socialmente construidos de las diferencias entre hombre y mujer. Oakley de una manera simplista, cambia el razonamiento psicológico para darle un carácter sociológico con implicaciones fatales. Oakley afirma: "el niño percibe perspicazmente que el género viene definido por la sociedad y no por la biología".

Para el feminismo las "evidencias" mostradas por Money (estrepitoso fracaso) parecen ser como revelaciones divinas y concluyentes que ellas discursean como un dogma, han hecho del género un juguete lingüístico, pero lo prefieren en su soberbia por el prestigio que las desprende de la realidad.

El antagonismo sexo vs género no sólo niega los avances de la ciencia en la materia, sino que, ha contribuido a destruir la vida de personas en lo individual, de parejas en lo conyugal y las relaciones entre hombres y mujeres en lo social se tornan cada día más violentas. Una teoría que fracasó desde su experimentación se ha convertido en el nuevo paradigma para las políticas públicas a nivel mundial, desde las Naciones Unidas hasta el pequeño Jardín de Niños, en donde aplicando políticas de género se trata de cambiar las conductas de niñas y niños, hombres y mujeres para buscar una igualdad que no saben en qué radica.