La laicidad del Papa se basa en el respeto y en el amor

Autor: Jesús Domingo Martínez

 

 

Gregorio Peces-Barba, en un reciente artículo publicado el 15 de agosto en el diario amigo, afirmaba que una institución que tenga pretensiones de verdades absolutas no tiene lugar en una democracia, esto nos muestra que no es infrecuente que este tipo de acusaciones procedan de sectores encuadrados en un fanatismo laicista, ateo, o agnóstico militante, que no sólo no admite la manifestación de ese gran principio cristiano "Dios es Amor", sino que le declara la guerra. Seguramente se imaginan que la verdad, la felicidad y el bien común se encuentran en la negación de los valores morales y religiosos.

No hace mucho que el cardenal Giacomo Biffi (Italia) desmontaba este tópico. Y lo hacía con un argumento empírico-científico incuestionable. A saber, que la realidad histórica demuestra que la intolerancia, que llega hasta el asesinato en masa de inocentes, entra en el acontecer humano con el triunfo político de la razón separada de la fe; con el triunfo del "librepensamiento". De hecho, el principio de que es lícito suprimir categorías enteras de personas por el solo hecho de ser consideradas obstáculos objetivos para la imposición de una ideología, fue aplicado por primera vez en la historia en 1793, con la incansable actividad de la guillotina y con el genocidio de La Vendee.

Recordaremos también que los frutos más amargos de esta semilla se produjeron en el siglo XX, el siglo más sangriento que se conoce, con la masacre de los campesinos rusos por parte de los bolcheviques, con la solución final del problema hebreo por los nazis, con las matanzas de camboyanos llevadas a cabo por los comunistas, entre otros. En todos los casos los protagonistas se oponían a la existencia de verdades absolutas cuando lo que pretendían era imponer la suya.

En las palabras del Papa sobre la laicidad pronunciadas en su última visita a Francia, algunos han querido ver una aceptación de los presupuestos laicistas de Peces-Barba y sus discípulos. Pienso que están muy equivocados, la laicidad del Papa se basa en el respeto y en el amor, por el contrario, el laicismo en la imposición y en el odio.