Ante la crisis de valores morales
Autor: Jesús Domingo Martínez

 

 

Tanto para los obispos, sacerdotes, catequistas como para la entera comunidad cristiana, la emergencia educativa, definida por el Papa, asume un rostro preciso con la transmisión de la fe a las nuevas generaciones. Precisamente y para la realización de esta tarea, el Papa alude a los obstáculos representados no sólo por el relativismo sino también por una cultura que coloca a Dios entre paréntesis y que desalienta cada elección verdaderamente comprometida, en particular las elecciones definitivas, mientras privilegia en los diversos ámbitos de la vida la afirmación de sí mismo y las satisfacción inmediatas.

Con referencia a las múltiples formas y ocasión de encuentro y presencia de naturaleza evangelizadora con el mundo de los jóvenes, en particular en las escuelas católicas, Benedicto XVI destacaba la importancia de las relaciones personales y especialmente el papel de la confesión sacramental y la dirección espiritual, por considerarlas ocasiones que facilitan el dar a conocer a los jóvenes el rostro de Dios, que verdaderamente es amigo del hombre.

Temas como la emergencia educativa y la necesidad de una educación que verdaderamente sea tal, la crisis económica por la que atraviesa el país, y que se refleja en el ámbito social con la desconfianza en el futuro y la inseguridad y pobreza de tantas familias, o de la familia fundada en el matrimonio, y del respeto a la vida, son temas de verdadera preocupación para cualquier creyente, preocupación que hay que llevar a los demás, especialmente a los jóvenes.