Sentido de la estancia del Papa en América
Autor: Jesús Domingo Martínez

 

 

El viaje del Papa, Benedicto XVI, a estos Unidos de América ha pasado bastante desapercibido para algunos medios españoles, especialmente para las grandes cadenas de televisión. Y es que, en una España demasiado acostumbrada a mirarse al ombligo y en la que, por desgracia, no se entiende con facilidad que la fe tiene una dimensión histórica, no se ha comprendido fácilmente la importancia del viaje del Papa. No podemos ni debemos olvidar que el diálogo entre la fe y la razón no es un asunto de teólogos ni de gente piadosa, en realidad está en el centro de los grandes retos de nuestra época. La dimensión religiosa, cada vez más presente en un mundo globalizado, aunque aquí nos parezca lo contrario, es esencial para la fundamentar la lucha por los derechos humanos, y para el necesario diálogo entre las culturas. Sobre estas cuestiones, como viene haciendo desde su famoso discurso de Ratisbona, ha hablado el Papa en Naciones Unidas.

 

La revolución americana, que a diferencia de la francesa siempre se mostró dispuesta a acoger el sentido religioso de todo hombre, ha fundamentado la convivencia de un país que ha recibido a Benedicto XVI, como al apóstol de una razón abierta, capaz de reconocer el sorprendente hecho de la encarnación.