Ya somos los primeros
Autor: Jesús Domingo Martínez

 

 

España, desgraciadamente, es el país con mayor índice de abortos de Europa. Cada seis minutos y medio una mujer interrumpe el embarazo en nuestro país. Si cada vez que ocurre se contabilizara en las estadísticas como un atentado contra la vida, el aborto se convertiría en la principal causa de mortalidad, más que los accidentes de tráfico, los homicidios y los suicidios.

La mayoría de los abortos se practican en clínicas privadas, casi siempre alegando riesgo psíquico por parte de la madre y muchas veces como hemos sabido de manera ilegal. El perfil de la mujer española que impide que un ser humano se desarrolle en su vientre, sería el de una mujer soltera, con estudios de segundo grado y asalariada.

En España el debate acerca del aborto no se acabó con la aprobación de la ley el 5 de julio de 1985. Con ella se despenalizó el aborto en los casos de violación, si se considera que el feto nacerá con graves taras físicas y psíquicas y si el embarazo supone un peligro para la vida o la salud física o síquica de la embarazada.

Con esta situación, el país con mayor índice y casi 100.000 abortos en 2007, el PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero pretende reformar la ley si gana las próximas elecciones generales para facilitar la interrupción del embarazo, aunque no lo ha dicho para no perder algunos votos más centrados de dentro y fuera de su partido. Zapatero ya ha dado orden para que estudie una modificación legislativa pero se niega a concretar cómo a sabiendas del fuerte rechazo social que genera y de las grandes dudas que existen al respecto en la comunidad científica. No son pocos los médicos y asistentes sanitarios que, pese a ser legal, se oponen a practicar toda clase de abortos, aunque el ministro de sanidad lo niegue.