El oscurantismo de unos pocos
Autor: Jesús Domingo Martínez

 

 

Un pequeño grupo de profesores y de alumnos de la universidad más importante de Europa, la de La Sapienza de Roma, impidieron que el Papa interviniera en la universidad, abriendo de esta manera un debate creo que innecesario. Para calibrar el calado del debate abierto, hay que tener en cuenta que los profesores que se oponían a la visita, 67 de un conjunto de 5.000 (el 1,34 %), achacaban al Papa nada menos que ser enemigo de Galileo, en un intento de reverdecer las viejas acusaciones de oscurantismo de la Iglesia y oponer así la ciencia a la fe. Lo más curioso es que el propio Ratzinger, cuando era cardenal, pronunció hace casi veinte años, en la misma Universidad romana, un discurso en defensa de Galileo en el que afirmó que la fe no podía crecer a partir del resentimiento y del rechazo de la racionalidad. Para mayor abundamiento, el prestigioso profesor judío de matemáticas, Giorgio Israel, denunciaba en los mismos días la contradicción de quienes defienden la supuesta laicidad de la ciencia y niegan, al mismo tiempo, el derecho a la palabra de uno de los más ilustres académicos de nuestro tiempo. Tanto en el fondo como en la forma, lo ocurrido en Roma no solo pone de luto las aulas de La Sapienza, sino que habla, por si solo, de la intolerancia e irracionalidad del rancio laicismo radical europeo, que, a falta de argumentos, es capaz de utilizar la violencia para imponer su rechazo de la fe. Es tal el caso que quien acusa de oscurantismo es quien realmente lo practica.