Es la eliminación de una vida humana
Autor: Jesús Domingo Martínez

 

 

Desde que aparecieron en los medios, lo que ya se sabía pero nadie hablaba, las prácticas del aborto de manera ilegal y en algunos casos aberrantes, el Gobierno sabe que el tema sigue siendo un debate difícil incluso para quienes lo aceptan, aunque digan lo contrario, porque su consecuencia principal es la eliminación de una vida humana. Y es consciente de que una oferta electoral que prometa facilitar aún más la interrupción del embarazo sería vista como una deriva radical, sin fundamento social y muy probablemente anticonstitucional. Por eso les vemos navegar entre el apoyo a los sectores proabortistas, como gesto a su electorado más izquierdista y pseudoprogresista, y la ambigüedad en su programa electoral, en el que sólo se atreve a plantear una "reflexión" sobre la situación actual del aborto.

El Gobierno no solo no ha defendido a los jueces que están siendo atacados por las asociaciones abortistas, sino que no ha puesto la mínima exigencia para que se dé cumplimiento a la ley actual, lo que por sí solo sería suficiente para reducir el número de los abortos y salvar numerosas vidas que hasta ahora han sido eliminadas sin consideración legal ni moral.