Reconocimiento de que es un delito no un derecho
Autor: Jesús Domingo Martínez

 

 

Las detenciones, provocadas, no de oficio, sino por denuncias de entidades o por reportajes periodísticos llevados a cabo por profesionales extranjeros, por abortos cometidos superando con creces la ley, pone a nuestro país en el escaparate de la ilegalidad y la inmoralidad. Esto es también muestra de que nuestra sociedad, que ha experimentado en los últimos años un desarrollo espectacular en todo lo concerniente al progreso científico, no ha desarrollado de la misma manera su conciencia ética sobre la vida humana. Sólo en España, al margen de los casos escandalosos por los que se ha producido las detenciones, se producen más de 250 abortos al día. Se trata de un oscurecimiento de la conciencia moral, que tiene mucho que ver con el olvido de Dios. En este sentido, no podemos obviar que la investigación se ha puesto en marcha gracias a la querella presentada hace poco más de un año por la organización E-Cristians y que ya ha conseguido, al menos desde el punto de vista mediático, recordar una vez más que el aborto es un delito, despenalizado en tres supuestos ya de por sí bastante laxos, pero no un derecho como sostienen algunos políticos que siempre tratan de aprovechar cualquier ocasión, también ésta, para sacar tajada, incluso a costa de la vida de miles de inocentes.