Ante la muerte de Milán
Autor: Jesús Domingo Martínez

 

 

Ante la muerte de la niña abortada por error en Milán, quiero hacer una reflexión a una sociedad que repudia la pena de muerte: "Ningún hombre tiene el derecho de suprimir otra vida. Ningún hombre tiene el derecho de sustituir a Dios. Por ninguna motivación". ¿Por qué, entonces, continúan muriendo inocentes? A pesar de ello las palabras del no nacido no pronunciadas, sus sonrisas nunca expresadas, sus miradas nunca acogidas continúan sin suscitar indignación, o al menos las necesarias, profundas y serias reflexiones. ¿Hasta cuando hemos de seguir con nuestra incoherencia?