El divorcio y la naturaleza del hombre

Autor: Jesús Domingo Martínez

 

 

El divorcio es un cáncer de la familia y por lo mismo lo es de la sociedad. Esto a los políticos socialistas no parece importarles, tampoco que detrás de todo divorcio, existe una ruptura de un proyecto de vida. El divorcio no supone sólo un fracaso de las personas implicadas, es un fracaso para la sociedad y para la cultura de la estabilidad de la institución que es fundamento del desarrollo de la persona y de la convivencia humana. Esta afirmación queda constatada con el comentario de la vicepresidenta Fernández de la Vega, al interpretar las cifras del primer trimestre del año en curso alcanzan a más de cuarenta mil rupturas matrimoniales, se aventuró a asegurar que esta ley "viene a mejorar los derechos de las personas que se encuentran en una situación normalmente dolorosa y por tanto es una medida de apoyo a la familia".

Sin duda la visión del Gobierno es bien diferente de la del Papa Benedicto XVI, quien ha recordado recientemente que uno de los síntomas de la decadencia moral y de la ausencia de estructura en la vida de la persona es que el divorcio se ha convertido en algo normal, imposibilitando la correcta comprensión del matrimonio indisoluble. Ante este hecho, el Papa recuerda que pese a que se está creando una naturaleza artificial de las relaciones humanas, hay que recuperar, a través de la educación y el testimonio, la auténtica naturaleza del hombre y del matrimonio, ratificada por la experiencia de la historia. Potenciar política y culturalmente la mentalidad divorcista, es un suicidio social que pagarán las futuras generaciones