Contra Educación para la Ciudadanía

Autor: Jesús Domingo Martínez

 

 

El laicismo "no duda en arremeter contra los derechos de los padres a que exista en la escuela pública un estudio libre de la religión católica y no duda en introducir con carácter obligatorio la asignatura 'Educación para la ciudadanía' que, en realidad, debería llamarse 'ateísmo científico'. Y es que el 'laicismo práctico' está empeñado en negar la existencia de una ley natural, reconocida por las grandes culturas de la humanidad, que conecta con el primigenio razonamiento moral de las personas que busca hacer el bien y evitar el mal, que está fundado en la recta razón, y cuyo conocimiento ha sido posible gracias al patrimonio espiritual y moral históricamente acumulado por las sociedades.

Hace unos días el arzobispo de Valencia afirmaba que "ningún poder político puede violentar las conciencias para que se asuman como moralmente rectas acciones que son abiertamente contrarias a la ley natural, como la insólita definición de matrimonio con exclusión de la diferencia entre varón y mujer; el apoyo a la llamada 'ideología de género', que busca vaciar de contenido la masculinidad y la feminidad; la ley del divorcio exprés, que oscurece el sentido de la entrega personal en el matrimonio; la alarmante difusión del aborto; o la producción de seres humanos como material de investigación".

Por ello alertaba de que la ley del aborto "se vendió" como una ley para tres supuestos excepcionales y "en realidad es un coladero que ha escandalizado a media Europa" y recuerda también que "nos dijeron que la ley del divorcio iba a acabar con los asesinatos entre cónyuges" y, por el contrario, "es un auténtico escándalo el creciente número de mujeres que cada año son asesinadas en España por sus parejas sentimentales" Van 44, más que el año anterior en el mismo período.

Es evidente que una cosa es lo que dicen y otra lo que hacen. Por ello, mientras el laicismo práctico esté siendo propugnado desde el poder, estoy de acuerdo en que la Iglesia no puede dejar de denunciarlo y desenmascararlo por el bien real de las personas en particular y de la sociedad en general.