Elogio a la vida consagrada

Autor: Jesús Domingo Martínez

 

 

La vida consagrada es una prueba elocuente de que, cuanto más se vive de Cristo, más se le puede servir en el prójimo. No se trata de una realidad aislada y marginal, sino que abarca a toda la Iglesia, hasta el punto de estar en el corazón mismo de la Iglesia como elemento decisivo para su misión. Todos o casi todos conocemos a religiosos y religiosas que se dedican a la enseńanza, a la asistencia de los pobres, de los ancianos o al cuidado de los enfermos, por poner sólo algunos ejemplos. Sus vidas ejemplares se convierten en una de las improntas concretas que la Trinidad deja en la historia, con el fin de que los hombres podamos descubrir el atractivo y la nostalgia de la belleza divina. Vaya con estas líneas mi reconocimiento y espero que el de muchos otros.