Afrontan "situaciones difíciles" para vivir

Autor: Jesús Domingo Martínez

 

 

Ante ciertas posturas y proposiciones sobre el valor de la vida nos preguntamos ¿Pierde el ser humano su dignidad al hacerse mayor o al enfermar? Todo lo contrario, todos somos iguales.

De hecho, hemos de recordar que “el ser humano no pierde su dignidad ni por su edad, ni por su vulnerabilidad, ni por su enfermedad" y también al respecto: "es un grave insulto a las personas que sufren o pasan por graves dificultades crearles un sentimiento de inutilidad o frustración".

Aunque las proposiciones suelen ser fruto del relativismo y la indiferencia hacia el valor único de cada ser humano hacen imposible la paz. No olvidemos que "la construcción de la paz necesita del reconocimiento de la igualdad esencial entre las personas humanas en todos los estadios de la vida, que nace de su misma dignidad trascendente".

Por ello, pensamos que la paz "nunca estará asegurada mientras no se superen las formas de discriminación que laceran la dignidad personal inscrita por el Creador en cada ser humano". Por el contrario, "la igual dignidad de todos los seres humanos, sin indiferencias ni relativismos, el acceso de todos a los bienes esenciales para la vida, y la igualdad de derechos fundamentales entre el varón y la mujer son tres caminos ineludibles hacia la paz, que todos estamos llamados a recorrer".