Juan 6, 22-29:
Discurso sobre el Pan de VidaAutor: Padre Javier Soteras
Con permiso de Radio María, Argentina
Juan 6, 22-29
Después que Jesús alimentó a unos cinco mil hombres,
sus discípulos lo vieron caminando sobre el agua. Al día siguiente, la
multitud que se había quedado en la otra orilla vio que Jesús no había
subido con sus discípulos en la única barca que había allí, sino que ellos
habían partido solos. Mientras tanto, unas barcas de Tiberíades atracaron
cerca del lugar donde habían comido el pan, después que el Señor pronunció
la acción de gracias. Cuando la multitud se dio cuenta de que Jesús y sus
discípulos no estaban allí, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaún en
busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla, le preguntaron: “Maestro,
¿cuándo llegaste?”. Jesús les respondió: “Les aseguro que ustedes me buscan,
no porque vieron signos, sino porque han comido pan hasta saciarse.
Trabajen, no por el alimento perecedero, sino por el que permanece hasta la
Vida eterna, el que les dará el Hijo del hombre; porque es Él a quien Dios,
el Padre, marcó con su sello”. Ellos le preguntaron: “¿Qué debemos hacer
para realizar las obras de Dios?”. Jesús les respondió: “La obra de Dios es
que ustedes crean en aquel que Él ha enviado”.
Reflexión
Todos buscan a Jesús, y al darse cuenta que Jesús no esta más allí, donde
había multiplicado el pan, se embarcan y se dirigen hacia a la otra orilla,
a aquella localidad que ha sido centro de operaciones de la comunidad de los
apóstoles, alrededor de la casa de Pedro, Cafarnaún, allí residía
habitualmente Jesús. Ellos saben que es el lugar donde lo podían encontrar,
y efectivamente en Cafarnaún se encuentran con el Señor.
Al ver como lo buscan, Jesús se dirige con cierta fuerza para con ellos,
ustedes no me buscan porque en mi hayan encontrado lo que Yo soy capaz de
darles, las palabras de vida que transforman el corazón, el pan que alimenta
y da sentido de eternidad a la vida, ustedes me buscan porque ustedes han
podido saciar sus necesidades, ustedes me buscan por interés, ustedes no
están conmigo porque Yo le signifique algo, dice Jesús, a ustedes en
realidad no les importa mi persona, a ustedes les importa lo que Yo les doy,
no quién soy yo. Es un reproche fuertede Jesús, pero necesario para hacer
reaccionar y tratar de encontrar en el camino, a los que verdaderamente van
a formar parte de esta comunidad nueva que está surgiendo, diferenciándose
de aquellos que en realidad bajo la apariencia de interés de Jesús están
detrás de sus propios intereses, cubrir sus necesidades básicas. Jesús es
muy claro al respecto y más duro va a ser después, cuando hablando en
términos de aquel alimento con el que se ofreció a ellos, dice que en
realidad lo que recibieron es su propia carne, anticipadamente en el pan con
el que se han alimentado, y solamente el que coma de la carne de Jesús, de
la presencia de Jesús va ha tener vida, el que no, no.
Este es un lenguaje duro comentan ellos, y hace una re marcación al final de
dicho comentario el evangelista San Juan, a partir de aquel momento, algunos
se apartaron del camino. Es que Jesús habla por las claras, no anda con
medias tintas, no se deja como engañar fácilmente, y descubre a la velocidad
supersónica, de que en el corazón humano, los intereses vienen entre
mezclados, y que para poder quedarse con lo que verdaderamente importa hay
que sacar la maleza de lo que no interesa, de lo que no importa para la
construcción del reino, para lo que es el desarrollo del reino de Dios, en
medio del pueblo. Jesús multiplica los panes para decir después, yo soy el
pan. Jesús da vista al ciego para decir yo soy la luz. Jesús resucita a
Lázaro para proclamar yo soy la resurrección y la vida, lo que Jesús hace
esconde un mensaje que trasciende aquello que hace.
Esto es lo que ellos no pueden descubrir porque en realidad han perdido el
vinculo con Jesús y están vinculados solo como ellos mismos con su
problemática solo con lo que les va pasando solo con los que aparece solo
como una necesidad básica, fundamental, primaria, esta de tener que comer de
tener que beber como una incapacidad y dar para soltarse desde adentro y
vincularse verdaderamente al, mensaje de vida para siempre como es que Jesús
ha venido a comunicarse. Es esta cierta dificultad que encontramos en el
camino cuando nos queremos asegurar, nos queremos como aferrar a lo seguro.
Y a segura se lo llevaron preso dice el dicho. Cuando uno busca mas y mas
seguridades detrás de su camino, supuestamente vinculándolo a Jesús, el fin
queda rápidamente dibujado y se desvanece toda posibilidad de continuar en
el camino. Jesús es muy claro con respecto a esto y les dice: “miren
muchachos ustedes no me buscan a mi por que ustedes descubrieron que yo soy
el que creen que tiene la capacidad para darles vida y abundancia en el pan
de vida que les di estaba mi vida entregándose por ustedes. Ustedes me
buscan porque comieron. Ustedes me buscan porque se saciaron. Y si no
cambian de mentalidad se van a perder la posibilidad de estar conmigo y todo
lo que deviene de aquello de permanecer junto a Jesús.
Este es el lenguaje duro de que habla la palabra unos versos mas adelante y
va a decir san Juan a partir de aquel momento. Algunos se apartaron de donde
estaba Jesús en el camino. Esta propuesta que nos hace hoy el señor es para
que sacuda dentro de nosotros toda la moderna, para que puedan a veces
despertar nuestros sueños después de fin de semana y encontrar con la
verdad. Lo mejor, un poco dura, pero verdadera al fin esta que nos propone
hoy el evangelio. Detrás de quien estamos, a quien sigo yo, cual es y donde
están puestos mis intereses, que lugar ocupa Dios detrás de esos intereses,
cual es la escala de valores en torno a las cuales yo construyo mi vida. Si,
digo que le doy el primer lugar a Jesús. Pero eso corresponde a la verdad de
lo que se traduce en la vida de todos los días o es un discurso que me lo he
aprendido por allí de memoria que forma parte de una moralidad con la que me
vinculo, supuestamente, a las cosas de la vida, pero que en los hechos no se
nota. Revisemos, busquemos de nuevo, nos preguntemos y dejémonos encontrar
por Jesús y su mensaje.
Como se da en el centro del mensaje que Jesús esta proponiendo con estas
corrección fuerte que hace sobre los discípulos de que ellos en realidad
aparentan tener interés por el pero no tienen ningún interés en el que todos
sus intereses están limitados a partir de su mirada miope, un tanto
deformada del misterio que Jesús viene a proponer, incrédula porque en
realidad están vinculados mas a lo que Jesús esta dando que a la persona
misma de Jesús.
Les esta diciendo: ustedes son unos interesados, y no están entendiendo que
es lo que les estoy diciendo. Como se empieza a entender lo que Jesús esta
queriendo decir, es decir después de esta corrección, Jesús les muestra un
camino. No les dice solamente, muchachos por acá no va la cosa, les dice por
donde va, va por el camino de la fe. Y esto es toda una novedad, que Jesús
propone dentro de una mentalidad judía, donde el agradar a Dios estaba
planteado en las obras. Jesús dice, no es por el lado de las obras, no esta
en el hacer la respuesta sino en el creer. Hagan la obra de Dios dice Jesús,
pero guarda porque hacer la obra de Dios no es cumplir con la ley no es ser
buenito, no es ser solamente responsables, cumplir con la obra de Dios es
creer en aquel que el envió. Y aquel que el envió soy yo, esta diciendo
Jesús.
Y para confirmar este misterio de comunión y de alianza en la fe con mi
persona, este es el pan que yo les he dado. Por eso llamamos comunión. Es
misterio de alianza, y este pan que yo les he dado es para que tengan vida,
crean en verdad que yo les estoy dando el pan que da vida, crean en mi, dice
Jesús. Y solamente el que cree en mi y en mi persona y en mi propuesta, y en
el camino que yo les muestro por delante va a poder encontrar lo que esta
buscando, el que no lo haga por aquí, lamentablemente este se va a perder,
dice Jesús, o estará como vinculado a lo que cree que da vida y en el fondo
,como va a mostrar mas claramente después en toda la teología a Pablo, la
ley va a terminar por matarlos, es decir este vínculo con Dios a través de
la ley de las obras, del buen comportamiento, solamente del orden lejos del
camino de la fe termina por aniquilar la vida, es decir, mata, la ley mata,
es letra muerta. Jesús esta invitando a un acto de confianza. un acto de fe,
de entrega que supone abrirse camino en un salto al vacío, que no se sabe
mucho, sino solo porque Dios así lo pide a donde se va y para eso, el
desarrollo del camino de la fe, supone un oído dispuesto a obedecer, primero
escuchar y a partir del escuchar obedecer. En la obediencia de la fe, está
la posibilidad de encontrar la vida para siempre que surge del vínculo con
la persona de Jesús.
Ustedes no escuchan, no están atento del paso de Dios a través mío, por eso
que ustedes que no creen, no van a encontrar lo que desean encontrar, que es
la vida. Ustedes están más preocupados por asegurarse su propio bienestar
que animarse a dar un paso más allá, superando las “seguridades” con las que
creen haber encontrado la plenitud, la felicidad, la alegría. Ustedes
quieren vivir sin riesgos, y la vida sin riesgos resulta sumamente aburrida,
por no decir tediosa, por no decir que nos mata.
Decía Gabriel Marsell, filósofo cristiano, que justamente unos de los males
de este tiempo, el deseo primordial de millones de hombres, no es ya la
dicha, sino la seguridad. Y es verdad basta preguntarle a la humanidad de
hoy, para comprobar que si los hombres tuvieran que elegir entre una vida
feliz, pero con riesgos, difícil, y otra vida más chata, más vulgar, pero
segura y sin miedo a posibles crisis o altibajos, la mayoría sin vacilación
elige la segunda, elige la chatura, elige no hay problema, elige lo menos
por lo más, elige y no está mal del todo, y después de todo? no está tan
mal, que lo bueno que podría estar si nos animáramos a dar pasos
verdaderamente creyentes, aunque nos suponga esto, por aquello que Dios nos
pide, por aquello que Dios nos muestra en el camino, por aquello que
consideramos verdaderamente plenitud de felicidad, alguna crisis, algún
problema, alguna dificultad y alguna contrariedad.
El hombre de hoy ha sido tantas veces engañado, es tanta la inseguridad en
la que vivimos, que la gente a elevado a esa seguridad a primer nivel de
todas las aspiraciones. Lo que debía ser algo conveniente, pero en
definitiva algo secundario, se ha convertido como en el mayor de los deseos,
la “estabilidad”.
Se mira con sospecha toda vida entendida como entrega, como riesgo, como
aventura, todo se calcula antes de dar un paso, todo se mide según las
variables que confluyen detrás de una decisión que hay que tomar y estas
están marcadas por el gran dios que gobierna el mundo mamón, y la economía
que permite cubrir cuáles son las leyes que nos dan mayor ganancias y detrás
del señor dinero. No queremos tener el alma llena de proyectos, llena de
esperanzas, es preferible un rinconcito abrigado, sin riesgos, donde yo hago
lo mío, donde nadie se mete conmigo, ni yo me meto con los demás, en el que
no se encuentran grandes ilusiones, ni grandes sueños, pero tampoco grandes
peligros de perder ese poco que tenemos.
Hay que discutir esa obsesión que prefiere vivir a medias ante que buscarlo
todo con riesgo de tener un fracaso. Lo que Jesús le está diciendo hoy a los
discípulos, ustedes no se animan a dar un paso más allá de tener con que
vivir, porque ustedes no entienden el canino que Dios está marcando, que es
un camino de confianza, donde no solamente no les va a faltar lo que les
hace falta para vivir, sino que les va a sobrar para que tengan que dar para
otros. Ustedes no entienden nada, está diciendo Jesús. Ustedes no entienden
y no comprenden mi paso en medio de ustedes, ustedes creen que dominan la
situación en la que se encuentran, pero resulta que ahora me cambié de
orilla, estoy en otra parte, y en donde me buscaban, no solamente no me van
a encontrar, sino a partir de la búsqueda de sus seguridades y desde ese
lugar van a querer encontrarme y no me van a encontrar y en todo caso cuando
me encuentren, se van ha encontrar con la verdad de lo que yo se de ustedes,
ustedes no me buscan a mí por mí, sino que ustedes buscan lo que yo les doy.
Es esta necesaria purificación que tiene que darse en el corazón humano,
para revitalizar el vínculo con el amor genuino de Dios, y en esto Jesús, no
tiene miramientos, es decir, no anda con discursos a medias, ni negocia
tampoco lo que sabe que es innegociable. La vida que Dios viene a comunicar
a través suyo y es la única que es en abundancia, la demás es cosa a medias,
es chabacanería, es vida con minúscula, es pasarla más o menos bien, pero no
con el corazón lleno, no con el corazón pleno, no con esa posibilidad que da
el evangelio, de vivido a fondo ser todo un camino y un proyecto para
nosotros. Jesús en éste sentido, sale hoy a nuestro encuentro, para
sacudirnos el corazón e invitarnos a verdaderamente volver desde dentro a
Él, volver desde adentro, no con máscaras, no con apariencias, no con buenos
propósitos, no con que sí tiene razón y debería yo no,no sirve, sirve sólo
en este caso la interpelación que Jesús nos hace, escucharlo desde adentro,
dejar que eso mismo trabaje en nuestro corazón y a partir de allí dejar que
la misma gracia con su fuerza purificadora nos vaya poniendo el corazón y
calibrándolo en donde tiene que estar. En la confianza puesta en el Señor,
el único capaz de dar vida y en abundancia.
La samaritana cuando oyó la revelación del agua, que brota para la vida
eterna, reaccionó pidiéndole al Señor, dame de esa agua. Igualmente nosotros
ante esta invitación de Jesús a liberarnos de la búsqueda en chiquito, de la
búsqueda rastrera, de lo que nos da seguridad, de lo que nos da bienestar,
de lo que hace que la vida pase sin demasiado lío de por medio, esto de
buscar lo mínimo, el Señor quiere sacudir de tal manera nuestro interior
hasta que lleguemos a decir, yo quiero eso, y hasta que no lleguemos allí,
en realidad, hasta que no busquemos eso que Jesús propone como estilo de
vida, estamos como a mitad de recorrido o en todo caso no hemos ni comenzado
a dar los pasos que nos llevan al encuentro con un Dios que propone todo, no
propone las cosas a media, que propone vida y eterna, vida en plenitud.
Cuando llegamos a esta posibilidad de opción, Señor dame de eso que me
propones, es porque hemos tomado conciencia de nuestro estado de pobreza,
debilidad, de necesidad que tenemos de proporcionarnos esa clase de fuerza y
de alimento que es el único capas de llenar nuestros vacíos, de colmar
nuestras expectativas, de darle luz a nuestra sombras y de poder desde allí,
construir verdaderamente un proyecto que sea vital, existencial. Con
admirable pedagogía ha llevado Jesús a los oyentes a que levanten los ojos,
hacia la trascendencia, desde el deseo de comer el pan de cada día, a
experimentar la necesidad de un pan que los alimenta para la vida eterna,
para eso a tenido que diferenciar Jesús, entre pan y pan, entre camino y
camino.
Ustedes no vienen a mí, porque ustedes crean en mí, ustedes han encontrado
un lugarcito donde estar más o menos cómodos, tienen lo suficiente como para
pasarla bien y a partir de allí creen que han encontrado lo que estaban
buscando; y están equivocados porque por encima de aquello que doy Yo estoy
Yo. Ustedes encontraron un lugar donde pasarla mas o menos bien, este sería
como el mensaje, que es propio del espíritu del mundo particularmente que
gobierna hoy, es decir cuando nosotros encontramos el gran criterio de vivir
en el placer, en el bienestar, en el confort, en un buen estilo de vida, en
una muy buena calidad de vida, creemos haber encontrado el paraíso en la
tierra, y en realidad lo único que hemos encontrado, que no esta mal, esta
bien, algunas cosas que nos ayudan a vivir con dignidad, lo cual no quiere
decir que hallamos encontrado la felicidad y la plenitud.
Es más aún cuando faltaran algunas cosas que hagan que nuestra vida sea más
digna, no por eso no puede ser feliz, puede llegar a ser feliz aunque no sea
del todo digna, ésta es la verdad de la bienaventuranza, felices los pobres,
felices los que lloran, felices los que trabajan por la justicia, felices
los perseguidos. La felicidad que propone Jesús, no es que este reñida con
la dignidad, sino que esta más allá de ella, que es distinto y es más, puede
haber situaciones de vida que no sean lo suficientemente digna y que sean
plenamente felices, las personas que atraviesan por aquellos lugares, este
es la diferencia de plenitud que ofrece Jesús de aquella diferencia de
felicidad que ofrece el mundo, que no esta mal, sino que no alcanza.
Es decir el corazón humano no se satisface solo con una buena calidad de
vida, de hecho podemos tenerlo todo y estar artos, lleno de todo, pero artos
en definitiva, es decir, como no colmados, suelen ser los fines de semana a
veces cuando no tenemos esta perspectiva de felicidad y de plenitud al
estilo de Jesús lo que llena nuestro corazón del hartazgo de haber intentado
buscar por un lado y por otro y al final llegar al domingo con un cierto
vacío existencial de decir, lejos de la actividad rutinaria de todos los
días, que llena nuestro tiempo y nuestro espacio, con lo que mas o menos nos
divertimos, llegar al final de el fin de semana dónde los espacios se hacen
elásticos, haber programado, haber buscado por un lado y por otro y a pesar
de haber llenado los tiempos con algunas actividades que no están mal,
digamos, no sentir que el corazón en el fondo este satisfecho. Porqué?
Porque posiblemente, esté como descentrada nuestra vida, esté como sacada de
su eje, haya perdido como la razón que da razón, que no hay otra razón que
dar razón a la existencia humana, que el sentido de la trascendencia, la que
se ha perdido en este tiempo, y el documento de Aparecida, con mucha
claridad, lo ha expresado.
Los obispos, con mucha claridad dice, como es la lógica entorno a la cual se
ha perdido perspectiva de trascendencia. A la hora de hacer un análisis de
lo que está pasando, y al observar el contexto sociocultural dónde ocurre la
llamada de Jesús, en estos tiempos, los obispos en Aparecida, dicen, en el
fondo lo que ha ocurrido en este tiempo que se ha perdido el sentido de la
trascendencia; y esto ocurre porque se ha perdido el sentido de lo
religioso. Cuando hablamos de religioso, no hablamos de alguna devoción, de
alguna novena, de la fidelidad al cumplimiento de la pauta establecida por
algún credo detrás de su culto. Cuando hablamos de religioso hablamos de
ligación con lo que trasciende; y entonces la erosión que en muchos casos la
produce el vínculo con el estar a full con lo que va ocurriendo,
pasándosenos la vida detrás de lo que es “la realidad” nos hace perder
sentido de realidad.
Esta erosión de lo religioso, es lo que ha establecido, dicen los obispos,
la falta de sentido de trascendencia. En discurso inaugural de Aparecida,
Benedicto XVI, a dicho dos frases que me parecen realmente brillantes, sólo
quién conoce a Dios, conoce la realidad, y puede responder a ella de manera
adecuada y humana. Quién no tiene contacto con el sentido último de la vida,
está diciendo, en realidad no sabe que hacer con su propia vida y anda como
boyando, anda como una veleta a merced de los vientos que soplan, pero no
anda con la brújula puesta sobre lo que es el puerto dónde debe llegar la
barca de la vida.
Esta ausencia de sentido de Dios, y de presencia de Dios le quita realismo a
la vida. ¿ Porqué?. Porque nos podemos divertir un poco con lo que va
aconteciendo, o podemos llenar espacios vacíos con lo que va a ocurriendo
alrededor nuestro o dentro nuestro, pero no le vamos encontrar la vuelta el
desde dónde y para dónde, el porqué y las razones que justifican el hecho
del que yo respire y diga que exista. ¿Para qué existo?, ¿Para qué respiro?,
¿Porqué vivo?, ¿Para qué vivo?. Parecen preguntas de la adolescencia de otro
tiempo, y tal vez sea este justamente el mal que padece nuestra sociedad,
adolece, es decir, sufre su sin sentido, padece de su desorientación. No
solamente quién conoce a Dios conoce la realidad y pueda responder a ella de
manera adecuada, es decir, al Dios verdadero, tiene puesto los pies sobre la
tierra, sino quién excluya a Dios, a dicho Benedicto, de su horizonte,
falsifica el concepto de la realidad y solo puede terminar en caminos
equivocados, con recetas que en el fondo termina por destruirnos.
No hay una gran razón, ni desde la ciencia, ni desde la técnica, ni desde la
globalización, que ha acortado las distancias, ni desde los vínculos
intraculturales, que permitan a la humanidad explicarse a sí misma, no se
puede el hombre explicar a sí mismo, sino encuentra una razón que trascienda
su ser hombre, y este es justamente lo que se pierda cuando, como claramente
describió Nietzsche, nosotros hemos matado a Dios de medio nuestro. Lo
matamos dejando que nos lo fueran robando, y dejamos que nos fueran
erosionando el vínculo con Él, o declaramos su muerte en la incoherencia con
la que vivimos a veces los que profesamos al Dios vivo.
La enfermedad de occidente ha dicho Enrique Rojas, es la abundancia de tener
todo lo material y haber reducido lo espiritual, que reconoce la existencia
sólo consumiendo. Ha perdido el sentido de la trascendencia, esto es lo que
Jesús les reclama a los discípulos cuando les dice, ustedes a mi no me
buscan porque Yo les signifique algo, debe ser que a partir de que Yo les di
de comer ustedes entendieron que la seguridad estaba por acá, y lejos de mí
ofrecerles seguridades, Yo no ofrezco ninguna seguridad dice Jesús, solo el
camino que conduce a la plenitud y a la felicidad, que a veces es bastante
incierta.
Nosotros como aquellos hombres que buscaban a Jesús, nos mostramos, a veces,
sumamente preocupados por el pan de cada día y cuando decimos pan no hacemos
referencia solo a ese alimento que se amasa con harina de trigo o de otros
cereales, sino a todo lo que nos es necesario para la subsistencia, algunas
veces se trata de lo que es realmente necesario para nosotros y para nuestra
familia, pero en mas de una oportunidad todo nuestro quehacer, muchas veces
nuestras necesidades están centradas en lo que nos ha creado artificialmente
la publicidad, el medio ambiente, la sociedad de consumo, que despierta
nuestra ambición y nos hace sentir como que son imprescindibles las
realidades superfluas, sin las cuales no podríamos vivir. Y cuando la
necesidad se creo y no contamos con aquello que se creo como necesidad ,
hasta que no conseguimos lo que es necesario para vivir, por que ese es el
discurso que tiene justamente la sociedad de consumo, nos sentimos como que
no valemos por no tener, que la vida no tiene sentido, que en realidad sin
tener aquello que se creo como necesidad , es imposible poder presentarse,
somos como impresentables.
Esto se ve como llevado al máximo en el mundo adolescente, que si no
corresponde a la marca, que si no tiene que ver con lo que da determinado
status, no sos, el tener y el ser van de la mano en este sentido.
¿Por que ocurre esto? Porque en realidad nos vamos como materializando y
cada vez le dejamos menos espacio a la vida en el espíritu, a la vida en
Dios. Pensamos solo en lo que es cortito, en lo que es a corto plazo. No hay
proyecto de vida a largo plazo, es más hay mucho miedo, sobretodo entre los
jóvenes, a asumir responsabilidades que comprometan la vida en un para
siempre. No esta reñido de lo que la cultura ha definido como lo que
verdaderamente vale la pena. Lo que vale la pena es aquí y ahora. Vivir en
plenitud es vivir hoy. No hay perspectiva de mañana, porque vivir hoy y con
la cosa mas o menos asegurada , calentito en un rincón, sin asumir
demasiados riesgos. Es la sociedad hedonista. Hedonismo quiere decir el
placer como máxima aspiración humana. Es propio del hedonismo, que ha
planteado el placer como máxima posibilidad de vida, lo que hace que las
personas cuando se enfrentan a un proyecto que siempre ofrece riesgos no
quieran moverse de aquello que le da calorcito al corazón.
Claro tenemos así gente de treinta y pico de años que son eternos
adolescentes o un inmaduro permanente porque se ha dejado como enredar con
este discurso de lo seguro.
Lo seguro bajo el signo de lo que me da bienestar, entre comillas.
No se trata tampoco de hacer proyectos a la loca, sin tener una cierta
sustentabilidad a futuro, pero la verdad sea dicha, tampoco hay que tenerlo
todo.
Hay que tenerlo todo para empezar a caminar.
Si caminamos en Dios, Dios no quiere ni quiere ni sabe que es bueno para
nosotros el tenerlo todo, nos da algunas cosas como para que podamos empezar
el camino y nos muestra que para adelante podemos ir adquiriendo otras , no
hablo en términos materiales solamente sino en términos integrales que son
las que van a ir configurando nuestro proyecto como El quiere que lo
tengamos, para eso hay que marchar , hay que caminar, hay que animarse a dar
pasos .