San Francisco Javier

Autor: Padre Javier Leoz

 

 

 

Nunca con tan pocos medios se hizo tanto: ese es San Francisco Javier. Dejó apellidos y nobleza, prestigio y títulos eclesiásticos para lanzarse a la conquista de amigos para Dios.

Aún recuerdo aquella anécdota de un profeta cuando poniéndose a predicar en mitad de un pueblo se quedó sólo ante la indiferencia del público. Se le acercó un habitante de aquella población y le preguntó: “¿Cómo Vd. sigue hablando si nadie le hace caso?”. A lo que el predicador respondió: “porque si callase me convencerían ellos a mí”.


SAN FRANCISCO JAVIER: OFRENDA A DIOS

No pensó dar media hora cada domingo al Señor sino que le dio el todo: su vida

Hombre intrépido que no se conformó con ofrecer a Dios parte de su riqueza, venida a menos. Supo renunciar a todo por el gran tesoro que era Jesús en la Cruz.

Aquel que, desde la colina del “adiós”, no quiso anteponer los sentimientos a la voluntad del Señor: ¡Id y anunciad!

Aquel que se multiplicó por mil para que la semilla del Evangelio cayera en tierra fecunda

Aquel que dobló su rodilla como siervo y no presentarse como señor


SAN FRANCISCO JAVIER: SEMILLA DE DIOS

Aquel, por cuya siembra, hoy nosotros seguimos recogiendo abundancia de cestas en frutos de fe y de esperanza por donde quiera que pasó

Aquel que presentó al Dios de la cruz como respuesta a tanta lágrima y sufrimiento

Aquel que, sin miedo ni temblor, ofreció y presentó el cristianismo como auténtico y verdadero frente a otras religiones que dominaban y se imponían en aquellos continentes.


SAN FRANCISCO JAVIER: VIDA TRANSFORMADA

Admirado por su perseverancia y valentía: en 11 años recorrió la India, el Japón y varios países más

Hombre de sueños efímeros: siempre quiso triunfar en la vida….Dios le hizo sobresalir en santidad con su talante despierto y cualidades humanas

El amigo de su amigo; se cumplió una vez más la frase del Eclesiástico: “quien encuentra un buen amigo encuentra un tesoro”. San Ignacio le empujó al gran vuelco de su vida con la máxima del Evangelio: “De qué te sirve ganar el mundo si luego pierdes tu alma”


SAN FRANCISCO JAVIER: HOMBRE DE ORACIÓN

El viajero sin distancias. Un viejo adagio: “no existen las grandes distancias sino los grandes viajeros” se hizo realidad en él. Con el libro de oración y el crucifijo como único equipaje….todo se le hacía corto aunque fuera duro

El adorador eternamente eucarístico. Después de evangelizar durante todo el día se ponía frente al altar y, celebrando la eucaristía, se en un suspiro toda la noche.

El amigo del “gran Amigo”. En su oración, interminable y profunda, llegaba a decir: “Basta, Señor, si me envías tanto consuelo me vas hacer morir de amor”.

El que usaba la fuerza del amor. “Hágase amar y así logrará influir en los hombres” escribía en una de sus cartas a uno de sus compañeros.


SAN FRANCISCO JAVIER: PALABRA EN EL ADVIENTO


El Dios de la cruz enamoró la vida de San Francisco Javier y la condicionó de tal manera que todo se le hacía nada en aras a que otros continentes conocieran a un hombre de Dios tan inigualable como Jesucristo. La gente que escuchaba a San Francisco Javier también quedaba admirada de su entusiasmo, de su testimonio, de la verdad de su vida. 

Cercana la Navidad, San Francisco Javier (como otro Juan Bautista) nos sigue diciendo que en el mundo existen millones de personas que no han conocido la Buena Noticia. Pero, tal vez si viniera hoy, a golpe de campanilla nos diría que también existen otros tantos millones que aún habiéndolo conocido y aún estando bautizados….viven como si nunca hubiesen oído hablar de El. 

Que San Francisco Javier nos haga recuperar el encanto de creer y de esperar en Jesús. Para ello es bueno sentarnos tranquilamente y saciarnos de los próximos días que se acercan. No precisamente de turrón y sí de fe y de esperanza en Dios.

Feliz miércoles de Adviento con San Francisco Javier….el hombre que jamás desesperó aún teniendo tanto en contra.