Operación triunfo: (por la Cruz) Creación

Autor: Padre Javier Leoz

 


Buenos días. Hoy es jueves y, con un nuevo ALBA, me preguntaba a mí mismo sobre la oración. No hace mucho que leía la siguiente afirmación en un periódico: “la oración es un número telefónico del que muchos cristianos se han dado de baja”. Claro está que, un cristiano que clausura esa línea telefónica, podrá decir que es cualquier cosa....menos cristiano. Lo decía, no hace mucho, a los chavales en la misa familiar: “¿os imagináis a un/a hijo/a que nunca hablara con su padre?”.

No es fácil retirarse a la aridez de un desierto y no sentir la tentación de hablar con uno mismo. A veces, nuestro interior, es el gran desconocido.
No es fácil recluirse en el secarral de la soledad y no enfrentarse al propio yo.
Y no resulta difícil descubrir, en el silencio de esos desiertos y soledades, sensaciones jamás pensadas o vividas: una de ellas DIOS.

La oración, en cuaresma, es sentirse llamado y acompañado por “Alguien” que habla y escucha en el silencio.
La oración, en cuaresma, es comprender lo que Dios quiere de cada uno de nosotros.
La oración, en cuaresma, son pasos –cortos o largos- que nos llevan a contemplar el auténtico rostro de Dios : Jesús, amor, en cruz.

La anticruz pesada, hiriente, estresante y desafiante de nuestro tiempo, es el ruído. Lo invade todo y lo defenestra todo. Por ello mismo es bueno, incluso por cuestión terapéutica, planear retiradas de fondo y a fondo en estos cuarenta días. Algunas, entre otras, pueden ser estas:

-Al fondo de la confianza: “pedid y se os dará....llamad y se os abrirá”. Poner los medios no es suficiente si, a continuación, no damos margen a Dios. 
-Al fondo de la espontaneidad: “no todo el que dice Señor..Señor”. En la claridad y naturalidad...encontraremos nuestro modo de oración. Ésta, aunque se formule, no puede ni debe quedar encerrada en débiles y tópicas frases. Lo importante...que salga del corazón.
-Al fondo de la “sobriedad”. No por hablar mucho se dice otro tanto. “Vuestro Padre sabe muy bien lo que necesitáis”.
-Al fondo del perdón: Sólo desde la convicción de haber perdonado se puede uno dirigir con elegancia y la cabeza bien alta a Dios.
-Al fondo de nuestros detractores: “orad por los que os persiguen”. Qué fácil nos lo puso Jesús y qué difícil: “este es mi mandamiento: que os améis....pero COMO YO os he amado”. Eso....es siempre un cuesta arriba y con los consabidos equilibrios.
-Al fondo del “nosotros”. Rezar uno mismo es bueno (yo diría que lo más importante) pero luego, cuando uno descubre el diálogo sincero con Dios, necesita refrendarlo, celebrarlo y manifestarlo en comunidad, parroquia, amigos, etc.
-Al fondo del hacedor: es Jesús quien hace fructificar nuestra oración. “Todo lo que pidáis en mi nombre..”.
-Al fondo del corazón de Cristo. Rezar supone descender a ese lugar donde laten los sentimientos más nobles y más divinos de un tal Jesús de Nazaret. Y en ese sístole y diástole.....vamos descubriendo –sencilla y pausadamente- que DIOS está más cerca de nosotros de lo que suponemos.


Por eso, la oración, es necesaria –hoy más que nunca- para triunfar como cristianos y para prepararnos al triunfo de Jesús en la Pascua que será solidariamente el nuestro.
“ORAR ES TRATAR DE AMISTAD, ESTANDO MUCHAS VECES A SOLAS, CON QUIEN SABEMOS QUE NOS AMA” (Sta Teresa de Jesús)

¿Qué tal s,i hoy y siempre, hacemos un pequeño desierto dedicado a la oración?


REZAR SUPONE TENER LA SUFICIENTE HUMILDAD PARA RECONOCER EN NUESTRA FRAGILIDAD LA RESPUESTA DE DIOS.