El hombre del "silencio": San José

Autor: Padre Javier Leoz

 

"La madre de Jesús estaba desposada con José, y antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo, por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era bueno y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: "José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados. (...) Cuando José se despertó, hizo lo que había mandado el ángel del Señor, y se llevó a casa a su mujer. Y sin que él hubiera tenido relación con ella, dio a luz un hijo; y él le puso por nombre Jesús".(Evangelio de Mateo 1,18-25)


El 19 de marzo nos acerca a una figura emblemática y un eslabón del Antiguo con el Nuevo Testamento: San José.
El hombre que agarró con delicadeza, y sin ruído ni estridencias la cuerda del telón para que, después de correrlo, apareciera Aquel que acogió por obediencia, fidelidad a DIOS, y por su FE. JESUS

El hombre que sin palabras lo dijo todo con miles de gestos y su actitud abierta y disponible a DIOS. Decimos que “una imagen vale más que mil palabras”. En San José la actitud y su obra (callada, humilde y silenciosa) superó con creces millones de palabras que hasta el día de hoy no nos han llegado.

San José.....el de sueños de ángeles que fueron promesas cumplidas. El gran ausente de las páginas del evangelio pero.... atravesando misteriosamente los principios de la Encarnación.

El hombre que en vara florecida , sin saberlo, estuvo destinado a querer y ayudar, cobijar a María y ver nacer y crecer a Jesús de Nazaret.
El hombre peregrino e inquieto en su vejez; aquel que en Egipto supo poner a salvo al que años después sería Salvación.
José: nombre con apellidos de fidelidad y de obediencia, de fe y de deseo de agradar en todo a Dios.

José: el hombre humilde y carpintero que, por no tener, ya no tiene ni fiesta en el calendario. El santo más querido pero humilde y ¡hasta escondido! en el rincón más pobre de nuestras iglesias.. Hoy sigue siendo modelo y guía para todo/a aquel/lla que quiera vivir su Fe en sinceridad, búsqueda y de saber esperar contra toda esperanza.
José: el hombre que posiblemente cerró los ojos al mundo en los brazos que más le estrecharon y más amaron: MARIA. Abogado de la buena muerte y de mil causas que llevaron hasta la misma Santa Teresa a decir: “no hay nada que no pida a San José que no me lo alcance”.

Día del Padre y de preocupación por estas últimas horas que son presagio de guerra y de destrucción. 
¡San José!....tú que supiste tanto de la bondad de corazón y de discernir lo signos que venían de DIOS...intercede en este día para que los gobernantes adquieran de una vez por todas un corazón sensato y pacífico para que nuestro mundo no esté abocado ni ahora ni nunca a la destrucción del hombre por cualquier causa nunca suficientemente importante.


Enséñanos, José, 
cómo se es "no protagonista", 
cómo se avanza sin pisotear, 
cómo se colabora sin imponerse, 
cómo se ama sin reclamar.
cómo se obedece sin rechistar
cómo ser eslabón entre el presente y el futuro
cómo luchar frente a tanta desesperanza
cómo sentirse eternamente joven

Dinos, José, 
cómo se vive siendo "número dos", 
cómo se hacen cosas fenomenales 
desde un segundo puesto.
cómo se sirve sin mirar a quién
cómo se sueña sin más tarde dudar
cómo morir a nosotros mismos
cómo cerrar los ojos, al igual que tú,
en los brazos de la buena Madre.
Explícanos 
cómo se es grande sin exhibirse, 
cómo se lucha sin aplauso, 
cómo se avanza sin publicidad, 
cómo se persevera y se muere uno 
sin esperanza de un póstumo homenaje
cómo se alcanza la gloria desde el silencio
cómo se es fiel sin enfadarse con el cielo.


Dínoslo, en este tu día, buen padre José.