El Stand de Pentecostés

Autor: Padre Javier Leoz

 

 

 

 

Quién no ha escuchado alguna vez aquella anécdota que nos cuenta como cierto día, un hombre entró a un singular local que se llamaba "La Tienda del Cielo" y cómo se asombró al ver que aquel lugar era atendido por ángeles, y que en los anaqueles se encontraban expuestos unos elegantes recipientes de cristal.

Según nos narra la anécdota, el cliente se acercó a los expositores y pudo ver en ellos las etiquetas de lo que contenían. Leyó con asombro: Misericordia, Paz, Sabiduría, Paciencia, Fortaleza, Consejo, Paz, Ciencia, Fe, Esperanza, Amor; en fin, una larga lista de productos de este tipo. Comprendió que lo que vendía aquella tienda no eran bienes materiales, sino más bien cualidades, virtudes y dones espirituales.

El visitante prosiguió su recorrido y después de pensarlo un poco, hizo un inventario de lo que consideró eran sus propias virtudes y sus carencias. Se dio cuenta que estas últimas eran muchas y aprovechando que estaba ahí procedió a hacer su pedido; decidió comprar "Oración" -pues hacia tiempo la suya era muy pobre-, llevaría también "Humildad" -que ya desde ese momento, estaba haciendo su efecto-, agregó a su pedido un poco de "Caridad" y por último llevaría "Consejo", aunque al final recapacitó y lo cambió por "Prudencia". Completó la lista con todo aquello que creía le era necesario para ser feliz y hacer más felices a los demás.

Al llegar a la caja, el comprador dijo al ángel que le atendió: "Esto es lo que voy a llevar, todo esto es lo que me hace falta". El ángel recibió la hoja de pedido. 

Momentos después, el ángel regresó con un diminuto paquete y lo colocó sobre el mostrador. El cliente sorprendido le preguntó: "¿Eso es todo? Pero si he pedido varias cosas, algunas de ellas bastante importantes…, yo imaginaba que me llevaría un gran paquete". A lo que el ángel, dirigiéndole una tierna mirada, le respondió: "Efectivamente, en este pequeño paquete se encuentra todo lo que ha pedido, lo que sucede es que aquí todos los dones se dan en semilla, se colocan en el corazón y con el tiempo, después de regarlos y cultivarlos darán su fruto. Aquí no vendemos frutos… aquí entregamos semillas".



PENTECOSTES es esa oportunidad para pedir a Dios que nos envíe esos dones necesarios para alcanzar la perfección en nuestra vida cristiana. La Iglesia, la parroquia, la comunidad, la catequesis, los grupos, etc., son “sucursales” donde podemos acercarnos y ver qué necesitamos o en qué andamos sobrados. 

PENTECOSTES es sentir la fuerza de ese gran desconocido para muchos cristianos como es el Espíritu Santo.

Cuando uno lo vive vence todo obstáculo, desaparecen los temores y los temblores de su personalidad y se siente empujado a proclamar a los cuatro vientos (aún en medio de muchas dificultades) el tesoro del Evangelio.

Al igual que los contemporáneos de Jesús, muchos cristianos, siguen con sus puertas cerradas por miedo a los “fantasmas” que se presentan de muchas y de diversas maneras como enemigos de la fe.

Con el ESPÍRITU SANTO recuperaremos la fuerza y el brillo de la fe, nos sentiremos confirmados en la misión que llevamos entre manos y abriremos surcos para la alegría y la salvación que nos trae Jesucristo.

Necesitamos, hoy más que nunca, buscar esas “tiendas” donde elegir esos dones necesarios para fortalecer nuestras entrañas de enamorados de Jesucristo.

¿Quieres acompañarme en estos días previos a PENTECOSTES por el “stand” de los dones del Espíritu Santo?

Te oferto, en nombre de Dios, estos siete divinos regalos en forma de semilla:

- Sabiduría

- Inteligencia

- Consejo

- Fortaleza

- Ciencia

- Piedad

- Temor de Dios



Si me preguntas por el precio te contestaré que Jesús ya pagó por todos. De todas formas una oración bien hecha, la eucaristía profundamente vivida, la caridad puntual, el dominio de uno mismo, la contemplación, la alegría cristiana, etc.,hacen posible el que esas semillas se vayan haciendo visibles en nosotros.

¿Quieres comprarlas?

Te invito a que visitemos juntos esta TIENDA DE PENTECOSTÉS durante estos 7 próximos días. Juntos nos acercaremos a contemplar y vivir, estudiar e interesarnos por cada uno de esos siete dones que se encuentran instalados, no podría ser de otra manera, en el gran “stand” del cielo pero con una escalera automática (el Espíritu Santo) por el que baja en abundancia y puntualmente el alimento que necesita nuestra vida cristiana.

 

 


Logotipo: Paloma
Producto: Dones del Espíritu Santo
Propietario: Dios

Representante: Jesucristo
Dependiente: El Espíritu Santo
Sucursales: Iglesias, Parroquias, Comunidades, Grupos, Catequesis, Monasterios, Familias, movimientos, etc
Lugar: Toda la tierra
Procedencia y materia prima: El Cielo
Destino: La Humanidad
Precio: La buena disposición (oración, fe, esperanza, confianza)
Características: No caducan y dan Vida