El "Si" de las hermanas de Peralta

Autor: Padre Javier Leoz

 

EL “SI” de Sor Inés: destocado externamente y sereno, discreto y sobrio, serio y servidor. Tiene aires y cierta fragancia de la montaña salacenca De vez en cuando es un eco nostálgico y con resonancia de un destino en Aragón. 

El “SI” de Sor Consuelo: tan perdido en el tiempo como sonado en este pueblo. Tiene fondo de música y acorde de veteranía. Es fuerte y sólido como las piedras de Uncastillo. Es un “SI” pintado en profusión y riqueza de paneles y de colores. 

El “SI” de Sor Obdulia: obediente y sincero, sencillo abnegado. Sabe pronunciarlo en el momento y en la circunstancia precisa. Mantiene el candor de los niños y la educación recibida y ofrecida en sus años jóvenes. Sus pasos pregonan su nobleza. 

El “SI” de Sor Emeteria: inquieto y ávido. Conserva el brillo de sus ojos como el primer día  y la entrega puntual y sistemática en cada hora del día y en cada rincón de la casa. Es la “hormiga atómica” de la Institución. No hay manzana ni fruta que en “milagro emeteriano” no se convierta en lustroso y esperado postre. 

El “SI” de Sor María: tiene la pedagogía de la infancia que tantó amó, ejerció y sirvió. Cuando lo pronuncia tiene colorido del humor y el gracejo de la zona media. Espontánea en sus manifestaciones conserva la aridez y la austeridad de los sanmartinejos. 

El “SI” de Sor Isabel: tiene maketa de finura y de transparencia. Sin gritar dice aquello que es necesario. La suavidad en sus expresiones dan razón de su talante y de su labor callada y generosa. Risueña en su mirada sabe compartir con naturalidad aquello que vive por dentro. 

El “SI” de Sor Carmen: es fuerte y sonoro. Conserva lo añejo del vino de San Martín y la frescura del temperamento navarro. Es un “SI” infatigable e incansable. Como las piedras del río...es incombustible. A su llegada bailan las velas del altar y se mueve entusiasmado y con ritmo su amigo el incensario 

El “SI” de Sor Santos: pasa como quien no pasa, está como quien no está. Pero su “alma contemplativa” la hace original, silenciosa y prudente. Sabe querer y amar con la sensatez y la altura que le da su experiencia de Hermana. La bondad, siempre disimulada, es hondura de su llamada.