El  "quien sabe donde"? de Jesús

Autor: Padre Javier Leoz




“DIOS NO QUIERE QUE SE PIERDA NI UNO DE ESTOS PEQUEÑOS” (Mt18 y ss)


Al meditar el evangelio de este martes de la 2ª semana de Adviento me viene a la memoria aquel popular concurso televisivo de no hace muchos años: “¿Quién sabe dónde?”. Esposas o cónyuges, hijos y nietos, vecinos y amigos que no podían vivir tranquilos ni satisfechos porque, hacía un tiempo, que misteriosamente había desaparecido un ser querido. Removían Roma con Santiago sin quedarse comodamente sentados en sus casas porque soñaban con encontrar a aquel/lla que les resultaba imprescindible para la felicidad completa de sus hogares.

Jesús sin tanto despliegue, pero más certeramente, también busca a aquellos que por diversas razones marcharon lejos de su grupo. Con su actitud nadie está alejado, nadie corre el riesgo de sentirse perdido definitivamente. Nadie es proscrito por muy grandes que sean sus defectos o limitaciones.

Jesús rompe moldes y esquemas; deja lo que tiene, rompe con su círculo y va en busca del aquel/lla que parecía haber comprado un billete sin derecho a regreso.

Dios, que tiene mucho de Padre, se las sabe todas; nos da este tiempo de ADVIENTO como una llamada a volver hacia El. 

Aquí, el que está perdido, es porque quiere. La próxima Navidad será un momento privilegiado para encontrarnos con nosotros mismos, con Dios y con los demás. Sólo siendo pequeños podremos darnos cuenta de lo grande que es Dios.

Me gusta, aunque me descoloque un poco, esta matemática de Jesús: es capaz de dejarlo todo por conseguir uno. Ese “uno”…¿no seremos tú o yo?.

¿Qué caminos me producen distanciamiento de Dios y de los demás?

¿En qué aspectos estoy perdido y necesitaría de una revisión?