Don de Temor de Dios

Autor: Padre Javier Leoz

 

 

 

 

No tengo un minuto 


Dios me dijo un día: "Dame un poco de tu tiempo". Y yo le respondí: "Pero Señor, si el tiempo que tengo no me basta ni para mí". 
Dios me repitió, más alto: "Dame un poco de tu tiempo". Y yo le respondí: "Pero Señor, si no es por mala voluntad: es de verdad, no me sobra ni un minuto". 

Dios volvió a hablarme: "Dame un poco de tu tiempo". Y yo le respondí: "Señor, ya sé que debo reservar un poco de tiempo para lo que me pides, pero sucede que a veces no me sobra nada para poder dar. ¡Es muy difícil vivir, y a mí me lleva todo el tiempo! ¡No puedo dar más de lo que te estoy dando!". 

Entonces Dios ya no me dijo nada más. Y desde entonces descubrí que cuando Dios pide algo, pide nuestra misma vida. Y si uno da sólo un poco, Dios se calla. El paso siguiente ha de ser cosa nuestra, porque a Dios no le gusta el monólogo. Qué tremendo debe ser el que Dios se calle¡¡¡


DON DE TEMOR DE DIOS


Supone alejarnos de todo aquello que es desagradable a Dios y a los más próximos a nuestras vidas.

Es sentir la necesidad de contentar a Dios con lo mejor de nosotros mismos.

Es el miedo a perder la compañía de Aquel que es Padre, Hijo y Espíritu.

Es sentir la sensación de vacío cuando uno no está a bien con Jesús y su mensaje.

Supone recuperar el sentido de la Fe para nuestra ética y nuestras actitudes.

San Agustín llegó a decir: “tengo miedo a que el Señor pase de largo".

Este “don” es el más escaso y el más urgente en la realidad que nos toca vivir. ¿Cómo vamos a tener miedo a nada (ser dueños de las vidas de los demás –aborto, eutanasia, esclavitud, terrorismo,-) cuando no tememos ni tan siquiera a Dios?

Olvidar a Dios (o darle las migajas del tiempo que nos sobra) no es progresismo…es dejar a nuestro mundo a la intemperie.