Creed para ver.!!!!

Miércoles I semana de Cuaresma

Autor: Padre Javier Leoz

 

 

 


“Los ninivitas creyeron en Dios y se convirtieron” (Jonás 3,1-10)

“El hijo del hombre es signo para esta generación” (Lc 11,29ss)


Al igual que entonces también hoy, aún en situaciones y formas distintas pero con un mismo fondo, parecemos encontrarnos en la misma tesitura y lucha:

-Espectáculo o dudas

-Milagros o incredulidad

-Pruebas o deserción

-Ciencia o religión

-Dios o el hombre

(Ahí queda la reciente encuesta de la Fundación Santa María –que prescindiendo de su más o menos fiabilidad- nos muestra la duda y la apatía de un gran sector de las nuevas generaciones porque, entre otras cosas, desconfían de ella o no la ven como signo de la presencia de Dios en el mundo) 

¿Qué signos piden las generaciones actuales que clarifiquen y demuestren realmente la inmanencia y la presencia de DIOS en sus vidas?

¿Interesa al hombre contemporáneo y tecnócrata aquellas manifestaciones que denoten la huella de DIOS en el mundo o, por el contrario, se intenta eclipsar y arrinconar todo que “suene” a cristianismo?

¿Qué hacer para que CREAN y entonces puedan VER con nitidez a un Dios que anda mucho más cerca de lo que pensamos? 

Vivimos rodeados de personas que idolatran lo idolatrable. Es difícil y gravoso, en el contexto en el que nos encontramos, decir un “iré” o “aquí estoy” para llevar –contracorriente- algo que destruya el montaje y la telaraña del egocentrismo del hombre actual. ¿Creer para ver? –nos interpelan las nuevas generaciones- y, hasta ellas mismas nos contestan; ¡no gracias! ¡si no lo veo…no lo creo!. . 

Son (ellos) y somos (nosotros) los necesitados de miles de pequeños y grandes “Jonases” que se conviertan en una válvula de escape, en una razón para la esperanza, en una posibilidad de volver a la paz y a la fe debilitada, en una oportunidad para volver a la verdad de las cosas y de nuestra vida. La sociedad, sin darnos cuenta, se ha convertido en un gran cetáceo que ha absorbido sueños e ideales, fe, esperanzas e ilusiones. 

Ojalá, que esta reflexión cuaresmal, nos ayude a caer en la cuenta de que es mucho más importante buscar al Señor de los milagros.....que a los milagros del Señor. A pedirle con insistencia al Señor que CREAMOS para que así VEAMOS.

Basta con abrir bien los ojos (sobre todo los del corazón) y nos daremos cuenta que a DIOS no se llega exigiéndole pruebas sino, más bien, por la conversión personal y sabiendo descubrir en los acontecimientos y en las personas que nos rodean los rasgos de su presencia. 

¿ Es que DIOS no ha hecho ningún pequeño milagro en tu vida?

¿Es que no te das cuenta que “tú” puedes ser un signo de la presencia de DIOS para muchas personas y en muchas situaciones? 

MIRE AL CIELO

Y BUSQUE

HABLE AL CIELO
Y PREGUNTE
ELEVE MIS MANOS AL CIELO
PARA ENCONTRAR y....

UNA VOZ ME RESPONDIÓ: 

“YO ESTOY DONDE TÚ ESTÁS”