Lingote de oro

Jueves IV semana de Cuaresma

Autor: Padre Javier Leoz

 

 


“Se han fabricado un becerro de oro” (Ex 32,7,14)
“El Padre es el que testifica de mí” (Jn 5,31-47)


Buenos días...amigos de “AL ALBA”: 
También la impaciencia es hermana de los hombres y mujeres contemporáneos. Ante unos cambios tan vertiginosos como peligrosos el ser humano comienza a desesperar y a perder la paciencia en pro de una nueva civilización basada en el respeto, la paz y el amor. “La paciencia es un árbol de raíz amarga, pero de frutos muy dulces”.
Israel, una vez pasado el Mar Rojo, desesperó fundiendo su riqueza (oro y joyas) en un becerro signo del poder e influencia de la cultura egipcia. 
Y nosotros....¿fundimos algo hoy? ¿En qué invertimos nuestro tiempo y nuestra riqueza? ¿En Dios o...en lingotes de oro?

FABRICAMOS LINGOTES DE ORO

-Cuando bailamos y cantamos al compás que nos impone el la señora moda
-Cuando buscamos otros dioses para satisfacer necesidades que luego resultan ser más agobio que soluciones
-Cuando importamos religiones exotéricas que nos parecen la panacea y abandonamos la nuestra.
-Cuando nos dejamos manejar y renunciamos a nuestras convicciones humanas y cristianas.
-Cuando nos desnudamos de la riqueza interior para revestir lo puramente externo.

BAILAMOS CON LOS LINGOTES DE ORO

-Cuando puede más la duda que la promesa de DIOS que nunca falla
-Cuando no nos hace duelo desprendernos de lo que haga falta para alcanzar el bienestar material y...se nos hace cuesta arriba invertir en tiempo y dinero en lo espiritual.
-Cuando el oro y la plata, la riqueza y la comodidad nos hacen estar girando y danzando en torno a ellos como si fueran dioses.
-Cuando ponemos el acento en el poderoso caballero “don dinero” y dejamos que se enfríe, en nuestro corazón, el Señor Todopoderoso.

ADORAMOS A LOS LINGOTES DE ORO

-Cuando dejamos que sean otros (el Papa y los Obispos, los sacerdotes y los laicos comprometidos) los que se jueguen el tipo subiendo a los nuevos montes “Sinaí” y exigiéndoles coherencia para ellos y poca para nosotros.
-Cuando nos empeñamos en creer que el tiempo de la Fe ha pasado o ha quedado relegada a un segundo plano. 
-Cuando nos dejamos arrebatar la paz de Dios por la violencia que impera en la tierra
-Cuando nos damos en cuerpo y alma a lo superficial y volvemos la espalda a la dignidad de lo que representamos y somos: hijos de Dios.
-Cuando perdemos la esperanza de que un día DIOS volverá de nuevo para encontrarnos comprometidos por su causa, velando en oración y pregonando sus alabanzas.


LA CRUZ NOS ENSEÑA EL “ORO” DE CRISTO: DIOS¡¡¡¡