Jesús: fuente de viva

Martes IV semana de Cuaresma

Autor: Padre Javier Leoz

 

 


“Este agua lo sanara” (Ez 47,1ss)
“Levántate toma tu camilla y marcha” (Jn 5,1)

El agua sigue su curso por muchos obstáculos y presas y que pongamos a su paso. A una con ella, si nos dejamos arrastrar, llegaríamos hasta los inicios del abierto mar.
JESUS, en este camino hacia la Pascua, nos enseña ese otro “mar” inmenso del amor del Padre. “No hay peor ciego que aquel que no quiere ver” dice el viejo proverbio. Les costaba entonces a unos, y hoy también a nosotros, intuir la presencia de DIOS en Jesús de Nazaret.

El drama de nuestro mundo es.......no ir al fondo de las cosas
La cruz de nuestra tierra es............estar clavada en la ceguedad que esclaviza
La mentira de nuestro tiempo viene dad por...convertir en profetas y tener por modelos de referencia a los que pregonan tierra prometida en arenas movedizas.

Estamos en la semana de la “luz”. Es cuestión de dar al interruptor de la FE. Y cuando uno se aventura a ello, aún a riesgo de sentir un pequeña descarga interpelante para su vida, comprueba que su entorno –e incluso uno mismo- cambia de color, de contenido y de sentido.

Dar al “interruptor de la FE” que es el Dios con nosotros en Jesucristo es:
-Pasar de la falta de horizontes a la libertad que nos da el ser Hijos de Dios
-Es creer aún sin haber visto por la Palabra que se proclama con la misma fuerza y veracidad que lo hicieron los labios de Jesús.
-Es extender por encima de nuestra existencia toda una bóveda de paz y de transparencia con nosotros mismos y hacia los demás.

Dar con el “interruptor de la FE” que es el Dios con nosotros en Jesucristo es:
-La posibilidad de renacer a un nuevo estilo de vida (en palabras y obras)
-Es relativizar y discernir los signos de una sociedad que se muestra tan permisiva como vacía de ideales.
-Es no conformarnos con mirar en la misma dirección que algunos nos exigen. 
-Es cerciorarnos que las “lentes” que se empeña en vendernos la óptica dominante son o no son –de verdad- las que más nos convienen para ver con claridad y caridad a las personas y a los acontecimientos que nos rodean.
-Es pasar del tunel de la mediocridad al valle de la VIDA con mayúsculas.

Dar en “el interruptor de la FE” que es el Dios por Jesucristo es:
-Confiar por encima de todo en un nuevo orden para nuestra vida y en otro para el mundo mismo
-Es descubrir, aunque parezca que no existan, los rasgos de la presencia de Dios en tantos signos positivos de nuestra tierra.
-Es acudir al “oculista de la FE” –Jesús sanador- para que con su Palabra nos abra los ojos a las realidades divinas y nos opere de las cataratas de la ceguedad sin o con cuento.
-Es no dejarnos arrastrar por las evidencias que machacan y nos arrebatan los misterios: “dejad a la humanidad sin misterios y el hombre ya no se preguntará por nada” (Mazzini)

Al “ALBA” de este martes que tengamos buena vista para las cosas de Dios.

PARA VER A DIOS HAY QUE MIRAR A JESUS¡¡¡