Consejos para un buen verano.!!

Autor: Padre Javier Leoz

 

 

Procura evitar las quemaduras del sol. No solamente aquellas del astro mayor sino, además, de las producidas por  situaciones que convierten en ceniza la aspiración a ser mejor persona.  

Lleva a mano la crema de la simpatía y de la acogida, del diálogo y de la honestidad, de la paz y de la concordia. Comprobarás que te atraerá abundancia de amigos.  

Si vas a la piscina o a la playa piensa que puedes limpiarte por fuera pero que, el interior del ser humano, sólo se puede poner a punto con la higiene de la humildad, la reflexión y la autocrítica.  

Si vas a la montaña sé respetuoso con el medio ambiente pero, además, recuerda que las personas son más importantes que todo ello. Que nunca pueda más la ecología  que...el respeto a la dignidad humana.  

Ante la picadura de ciertos voladores no te preocupes demasiado. Eso sí ...da mucho más valor a esos otros “picotazos” que, sin darnos cuenta, nos esclavizan y nos amordazan, nos duermen y nos dejan sumidos en el pesimismo, en la desesperanza, en la timidez o en la cobardía.  

No hagas excesivo acopio de medicamentos. Por el contrario.....lleva una dieta sana y equilibrada y, además, si puede ser con un buen complemento en nobles palabras y diáfanas obras ¡mejor que mejor!  

¡Viaja! y ¡Viaja seguro!. Cuando salgas no te conformes con poner a punto el coche o la maleta. Da gracias a Dios por este tiempo y, delante de El, ajusta el corazón y la mente, tu vida presente y la pasada.  

A l@s niñ@s es conveniente ponerlos en los asientos traseros pero, es positivo y saludable, evitarles también ciertas imágenes y ciertos programas que se convierten en escaparate de una deformación adelantada.  

En la exposición al sol conviene una buena dosis de prudencia. Pero tan importante como ello es, además, broncearse el alma con la eucaristía dominical, refrescar el corazón con la meditación de la Palabra de Dios  y despertar nuestros músculos con las obras de la caridad.  

Busca  y vive el tiempo libre; es decir: “estoy libre de lo que –hasta ahora- me ha impedido realizar algo distinto y necesario para mi realización como persona”. Un buen libro se convierte en un gran amigo, el silencio en un gran confidente y el aburrimiento en el enemigo del tiempo libre.  

Vive y comparte el momento presente con los tuyos. A los niños/as les gusta escuchar el ayer de nuestras familias y, el verano, se convierte en un tiempo de pedagogía para saber inculcarles lo que las prisas del año nos lo hizo difícil o imposible.  

Finalmente que el calor ni el descanso te impida estar a tono con tu Dios. Un cristiano, en su vida de fe, nunca está de vacaciones. Estar con DIOS es siempre un descanso. Escuchar su Palabra es un buen tonificante. Asistir a su Eucaristía produce más sensaciones que un chapuzón en la mejor piscina. Realizar una obra de caridad es tan grande como correr un maratón. Elevar una oración, de par de mañana o entrada la tarde, es proteger y dar consistencia a nuestra vida como ninguna loción es capaz de hacerlo.