Atreverse a...mirar

Martes V semana de Cuaresma

Autor: Padre Javier Leoz

 

 

 

“Los que le miren, vivirán” (Números 21,4-9)
“Yo soy de arriba; yo no soy del mundo” (Juan 8,21-30)

Las grandes lecciones, desgraciadamente, se aprenden y vienen dadas por las grandes decepciones o fracasos que tenemos. Retrocedemos cuando no hay remedio y, las más de las veces, cuando nos empeñamos en estirar la verdad la forzamos de tal manera que se rompe y la convertimos en grandes mentiras.

Moisés siguiendo la indicación de DIOS creó una serpiente de bronce y la levantó para que todo aquel/lla que la contemplase se salvara. 
Un mal endémico que nos acosa es que no damos cara a lo que mata. Atreverse a dar frente a las dificultades (la serpiente levantada) es sacar las entrañas de aquello que nos degrada y nos corrompe precisamente para expulsarlo de nuestro interior.
Dicen que las avestruces, cuando intuyen peligro, esconden la cabeza debajo la tierra o entre su plumaje creyendo así que la amenaza pasará de largo. Luego... ocurre lo que le ocurre: es pasto de cualquier depredador.

Los cristianos no podemos conformarnos con pasar de largo ni formar parte del gran desfile y con multitud de “estandartes serpenteros” que enarbola la sociedad del consumo. El repliegue o la incapacidad de plantarle batalla puede ser un exponente claro de nuestra debilidad y de nuestra perdición.
Jesucristo, ante su Pascua, nos invita a “tocar fondo”. A ser conscientes de la oscuridad que suele empañar nuestra vida cristiana. A reiniciar con ilusión y con coraje su estilo de vida. 
Para ello no vale, como afirmaba no hace mucho tiempo el Arzobispo de Pamplona, “la fe del católico saltamonte”:
-cuando extraemos del cristianismo lo más cómodo y lo menos interpelador para nuestra existencia y nuestra moral.
-cuando no damos razones como creyentes ante “multitud de serpientes” que nos pican y que (lejos de curarnos o de vacunarnos) nos infunde placer y hasta “mono” por sus picotazos.
-cuando lejos de caminar hacia el cambio en actitudes convertimos nuestra religión en una especie de supermercado donde compramos cuando queremos, como queremos y lo que queremos cuando nos apetece.

JESUS ELEVADO EN LO ALTO
-Es la antítesis de esos grandes dulces envenenados que nos seducen y que nos cuestan tan caros para el bolsillo y tan peligrosos para la salud del cuerpo y del alma.
-Puede parecer “muerte” pero se torna en vida eterna cuando uno sabe que no hay mayor riqueza que el darse por los demás.
-Nos cambia el sentido de nuestra existencia: no tenéis excusa¡¡...yo he pagado por vosotros¡¡¡
-Nos eleva al amor de DIOS: no hay mayor grandeza que ponerse delante de la cruz y reconocer: “eso lo hiciste por mí” 
-Nos sana del orgullo y de la vanidad. Nos distancia de todo afán de poder y de prepotencia. Nos enseña el valor escondido de la aparente muerte: SER FIEL HASTA EL FINAL para transparentar el amor que Dios nos tiene.
-Nos descubre al mirar a la cruz...no un final y sí una antesala de la VIDA

LA PASCUA DEL SEÑOR ES EL ESTANDARTE DONDE EL HOMBRE CONTEMPLA
LA SALVACIÓN DE DIOS: CRISTO¡¡¡¡¡