Dios, nuestra referencia

Autor: Padre Javier Leoz

 


“¡Cuidado con que lo sepa alguien!”(Mt 9 y ss)  

No hay peligro. Estamos en un momento de repliegue en el campo de la Fe. No resulta fácil dar razón de nuestras convicciones religiosas. Nos parece menos complicado  pasar inadvertidos como quien va de puntillas por miedo a ser descubierto. ¿Esa es la fortaleza que decimos tener los cristianos?.

En un foro en Madrid, el Arzobispo de Pamplona, no hace muchos días decía lo siguiente: "por amor a la verdad es obligado reconocer y lamentar que muchos cristianos que actúan en política se mueven más por el oportunismo y el sometimiento a la opinión pública que por las exigencias o sugerencias de la fe y del amor fraterno".  

Adviento:

-Es, lejos de mirar hacia otro lado, mirar en la dirección adecuada

-Es, huir de la cobardía, y hablar con naturalidad de Aquel en quien creemos

-Es, sin ánimo de derrotismo,  desear y llevar la luz de Dios a un mundo ciego

-Es, en medio de tantas manos, buscar aquellas que sanan y curan: Jesús  

Aún cuando se está debatiendo en estos días la referencia al cristianismo en la Constitución Europea ( me parece oportuna, justa y exigible) mejor sería que cada cristiano y católico allá donde nos encontremos seamos un signo visible de lo que decimos sentir y creer. Es, allá donde estamos y trabajamos, donde se está jugando el futuro de la expansión de la Buena Noticia que nos trajo Belén.

Jesús, en este Adviento 2003, tal vez hasta nos indique todo lo contrario: ¡que sepa todo el mundo lo que creéis, esperáis y soñáis!  

¿Me avergüenzo de mis criterios cristianos cuando tengo que sacarlos a relucir?

¿Doy la cara, siempre que haga falta, allá donde es silenciada o vilipendiada la vida cristiana?