Se amplían las fronteras del mundo

Autor: Padre Gustavo Vélez Vásquez (Calixto)

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A finales del siglo XV, el descubrimiento de América y de las Indias Orientales demostró que los doctores escolásticos de la Edad Media —Alejandro de Halles, Alberto Magno, y Tomás de Aquino— habían sido bastante optimistas. Estos afirmaron que ya no había lugar del mundo donde no se hubiera predicado el Evangelio. 

Las bulas del Papa Alejandro VI repartieron los pueblos descubiertos entre los estados descubridores. Aunque éstos al principio no estuvieron de acuerdo con la demarcación pontificia, luego la aprobaron y se dieron a la tarea de colonizar, lo cual incluía, según la visión de la época, llevar una lengua y una fe. 

Aquí es necesario pasar por alto muchos detalles y nombrar solamente a los héroes de esta epopeya. 

En primer lugar, san Francisco Javier, el apóstol de Oriente. Enviado por el rey de Portugal, por diversa ruta a la de Juan Montecorvino, llega hasta la India y al Japón y muere frente a las costas de China. 

Es digno de notar que en tales épocas, las Iglesias particulares tienen poco que ver en este programa de evangelización. El Papa se confía a los reyes y éstos tienen en los frailes súbditos obedientes que anuncian la fe en países lejanos. 

Sin devaluar la obra misionera de estos tiempos, es bueno anotar dos cosas: Los reyes saben bien que la cristianización de los nuevos pueblos tiene como fruto una fidelidad política, creándose así una confusión entre la cruz y la espada, que hoy miramos inadmisible. Además, estos ilustres misioneros van a entregar su vida en el anuncio de Cristo. Pero aún no se entendía que era necesario convertir esas nuevas Iglesias en comunidades misioneras. Prueba palmaria de esto la encontramos en América Latina. Solamente hoy, después de cinco siglos de evangelización, hallamos en nuestro continente elementales síntomas de misionerismo más allá de nuestras fronteras. 

El 12 de octubre de 1492, Cristóbal Colón, con sus tres carabelas, toca en la isla de Guananí. Se abre un inmenso continente para la evangelización. Con los primeros soldados y aventureros que buscan un nuevo camino hacia las Indias Orientales, llegan también los misioneros: Son franciscanos, dominicos, mercedarios y más tarde, agustinos y jesuitas. A ellos debemos la fe cristiana de América Latina.