¿Habrá un credo satánico? 

Autor: Padre Gustavo Vélez Vásquez (Calixto)

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El autor italiano antes citado señala a quien se entrega a una secta satánica, como alguien que padece una crisis de fe mal resuelta, por la incapacidad de iluminar el mal que tortura a nuestro mundo y la propia tragedia que se lleva a cuestas. La adherencia a una secta satánica podría ser una exaltación absoluta de sí mismo, frente a la grandeza del Creador. 

A pesar de las investigaciones de la Fiscalía y ciertos estudios sicológicos sobre el tema, no es factible presentar exhaustivamente los contenidos de una secta satánica. Desde el principio se impone a los iniciados un compromiso de silencio, so pena de castigos y aún de la muerte. 

Los pocos datos que sabemos proceden de la información esporádica de alguien desencantando del grupo y se refieren más a las prácticas y ritos que a la ideología propiamente. La cual suponemos es variable, de lugar a lugar, aunque conservando algunas constantes. 

Esta plataforma ideológica, ambigua y borrosa, lleva sin embargo a los miembros de la secta a ritos aberrantes, como la prostitución en lugares sagrados, el sacrificio de animales, el irrespeto a los cadáveres. La profanación de hostias consagradas y de los símbolos cristianos. Se habla también de la llamada Misa Negra, una parodia de la Eucaristía sobre el cuerpo de una mujer desnuda. 

Aparte del vértigo del mal, se explica que una sicología torturada, bajo el efecto de la droga, conduzca fácilmente al suicidio. Así se prueba como en este rompecabezas de la vida todos necesitamos un apoyo de Alguien, a quien los creyentes en Cristo identificamos como un Padre Bueno y Todopoderoso. 

Quienes por alguna razón no han logrado una fe adulta, abrumados a la vez por los conflictos, persiguen una fuerza destructora que los inmole.