¿Por qué no me case.?

En tiempos de Cristo
Autor: Padre Gustavo Vélez Vásquez (Calixto)

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El sacerdocio cristiano comienza en tiempos de Jesús. Existía entonces el sacerdocio del Antiguo Testamento, el cual fue respetado por el Señor. Ante él, sin embargo, el maestro fue un laico. Porque El venia a promover un nuevo sacerdocio, el de la Nueva Alianza. Los evangelistas nos resumen la intención de Jesús al respecto en esta frase: Cristo eligió a los Doce "para que viviesen más cerca de El y para enviarlos a predicar" (Mc 3, 13-19, Mt. 10, 1-42).

Después de la resurrección, la primitiva Iglesia, bajo el servicio de los doce, comienza a estructurarse. No había entonces legislación ni una liturgia establecidas. La comunidad se reunía a recordar a Jesús, a repetir su enseñanza para tratar de conformar sus vidas al estilo del Señor.

Apareció entonces, no una orden, una ley de celibato. Pero sí una costumbre. Muchos de los Apóstoles que eran hombres casados comenzaron a vivir como célibes, "por el reino de los cielos". Suponemos que dejaron bien organizados sus hogares, para dedicarse de tiempo completo a la predicación del Evangelio.

Uno de los primeros datos históricos sobre esta costumbre que, poco a poco, se fue oficializando en la Iglesia lo encontramos en un concilio particular que, por ironía de la historia, lleva nombre de mujer, el concilio de Elvira. La Ilíberis romana, una pequeña ciudad de España en las cercanías de Granada, donde un grupo de obispos se reunieron hacia el año 306.

Los mandatos de Elvira, de un lado consagraban una práctica ya seguida en muchas iglesias. De otro lado no declaraban perfecta la vida de los clérigos de entonces. Como tampoco la de los clérigos futuros.