Fuente y origen

En conclusión 

Autor: Padre Gustavo Vélez Vásquez (Calixto)

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En el lenguaje corriente, cuando decimos misión, misiones, o misioneros, nos estamos refiriendo, en la mayoría de los casos, al anuncio de Cristo a tantos hombres y mujeres que todavía no han escuchado nada sobre la persona y el mensaje del Maestro. 

Para nuestro propósito, podemos entonces concluir que la experiencia de Dios por medio de Jesucristo, en otras palabras, nuestra identidad cristiana, —sin descuidar la segunda y tercera tareas de la Iglesia— nos impulsa de una manera exigente y continua a la Misión Ad Gentes. “Esta es la vida eterna: que te conozcan ti, el único Dios verdadero y al que tú has enviado, Jesucristo” (Jn 17,3). 

En otras palabras: Cuantos hemos recibido el bautismo hemos de escuchar, como dicho, para cada uno de nosotros, aquel Sermón de los Cinco Todos, que se conforma uniendo dos trozos de san Mateo y de san Marcos: “Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan por todo el mundo. Anuncien el Evangelio a toda creatura. Enséñenles a guardar todo cuanto yo les he enseñado. Y yo estaré con ustedes todos los días hasta la consumación de los siglos” (Mt 16,18-20 Mc 16,15-16).