¿Por qué no me case.?

¿Contra la naturaleza?

Autor: Padre Gustavo Vélez Vásquez (Calixto)

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Es cierto que la realización natural de la sexualidad humana es el matrimonio. Quienes se casan y llevan su estado a un nivel de humanidad y quizás a una dimensión de fe cristiana, encontrarán la plenitud deseada. Una plenitud relativa. Condicionada, como todas las cosas de esta tierra, pero al fin y al cabo real. Y alcanzable cuando se dan las debidas condiciones.

¿Equivale entonces el celibato a una vida anormal? ¿Es un estado contra la naturaleza? Maravillosa creatura es el agua. Su naturaleza es fecundar los surcos. Dar humedad a las semillas. ¿Cuando la usamos para una hidroeléctrica, violentamos su naturaleza?

"Bendita sea nuestra hermana la tierra, en lenguaje de San Francisco, que nos sostiene y nos lleva y produce frutos diversos con flores de colores y yerba". Para ello fue creada la tierra. Pero resulta que yo empleo esta llanura para un campo de juegos o para edificar un hospital. ¿Estaré obrando contra la naturaleza?

El mandato del Génesis: "Creced y multiplicaos" se dio genéricamente a la humanidad. No es tarea de cada individuo. Además, quienes eligen el celibato por el Reino de los cielos, colaboran estrechamente en ese crecer y multiplicarse de los hombres. Promueven con su vida y su trabajo, aquellos valores que hacen al hombre más hombre. Que convierten a la gente en gente de bien.