Amigos a tiempo completo

Un tomo de historia universal

Autor: Padre Gustavo Vélez Vásquez (Calixto)

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La otra selva, la de cemento se extiende metros y metros arropando manzanas y calles, cobijando rudamente negocios, vehículos y gente.

Bajo esta selva arisca vive Juan. Lo encontramos en una de las oficinas de la curia arquidiocesana, después de haber recorrido muchos puestos en el andamiaje pastoral de la Iglesia.

Es un hombre pulcro, grave, con cierta severidad en el rostro que es el sumario de un tomo muy extenso de historia universal contemporánea. Aunque sabe mirar con tierna ingenuidad detrás de sus gruesos lentes.

Ha venido a ocupar este lugar, en parte por su tino y discreción, en parte porque su salud ya no le permite otras fatigas.

Pero no es un frío funcionario que cumple su tarea sin cariño. En la mañana celebra la Misa en un asilo de ancianos, comparte con ellos la Eucaristía y su capacidad de comprensión, de apoyo y de esperanza.

En las tardes, al terminar su pesado trabajo, se esconde detrás del confesionario de alguna iglesia parroquial, a donde van llegando muchas gentes anónimas en busca de una palabra comprensiva, de una fuerza sobrenatural y de esa alegría que trae la reconciliación con el Señor.

Los fines de semana sale a un corto paseo con un sobrino a quien ayudó a terminar en la universidad, o celebra el matrimonio de un antiguo discípulo, o bendice la casa de unos amigos.

Vive con una hermana soltera, gusta del buen café, lee mucho y suele escribir cartas a sus antiguos compañeros de estudio. Colecciona estampillas, pipas y libros de historia.

Acostumbra celebrar la Navidad en una lejana vereda, muy cerca de donde fue párroco quince años. Todavía recuerda los nombres de muchos vecinos y se admira de cómo corre el tiempo: Aquellos que en otro tiempo bautizó ya han formado nuevos hogares.

Por otra parte, Juan habla poco pero con cierta ironía sutil que para muchos es gracia y otros califican de suficiencia. Ayuda silenciosamente con su escaso dinero a varias familias pobres y se siente pequeño ante Dios, pero grande en necesidades. Es confidente de sus superiores y conoce la vida y milagros de muchas personas, aún de jerarquía. Pero todo esto le sirve para seguir estudiando historia, para balancear a cada uno con sus grandezas y miserias. Para reírse a solas, con un rictus de suave misericordia.