El amor de Jesús es más fuerte que el dolor humano (V)

Autor: Gustavo Daniel D´Apice

Webs del autor en: catholic.net y Dialogando

Fuente: Ediciones "Dialogando"



5. Comentario breve a la Salvifici Doloris.

JESUCRISTO: EL SUFRIMIENTO VENCIDO POR EL AMOR (Continuación).

16. Jesús se acercó al sufrimiento humano. “Pasó haciendo el bien”, principalmente a los enfermos y a los necesitados de ayuda, tanto en el cuerpo como en el alma.

Y enseñaba con las bienaventuranzas (Mt. 5, 3-11).

Pero principalmente decimos que se acercó al mundo del sufrimiento humano porque lo asumió en sí mismo: La fatiga, el cansancio, la falta de una casa, la incomprensión incluso de los más cercanos. La hostigación y la muerte cruenta.

Y de esto les hablaba a los discípulos (Mc. 10, 33-34).

Con su cruz toca las raíces del mal. Y tiene un carácter redentor.

Reprende a Pedro, que quiere apartarlo del camino del sufrimiento redentor (Mt. 16, 23).

Y no permite que Pedro lo defienda con la violencia cuando es capturado en Getsemaní(Mt. 26, 52.54).
Sabe que su sufrimiento vale, es redentor, salva. Porque está repleto de Amor.
Es un sufrimiento amoroso. “Me amó y murió por mí” (San Pablo, Gál. 2, 20).

17. Las Escrituras debían cumplirse. Isaías, 6 siglos antes de Cristo, anunciaba sus padecimientos y su glorificación.

A tal punto de ser llamado “el quinto evangelista”, sin conocer a Jesús.

Son los cuatro cánticos del Siervo de Yavé. El más renombrado es el Cuarto, en Is. 53. Parece verlo con sus propios ojos.

(Leer los cuatro cánticos y como trabajo práctico colocar lo que más le conmueve en relación con Jesús. Is. 42,1-7; 49, 1-9; 50, 4-11; 52,13-53,12)).

Aquí se ubican la detención, la humillación, las bofetadas, los salivazos, , el juicio injusto, la flagelación, la coronación de espinas, el camino de la cruz, la crucifixión y la agonía.

Llama las atención la profundidad del sacrificio de Cristo.

Carga con todos los pecados en extensión y profundidad: Ésta es la verdadera causa del sufrimiento del Redentor del hombre.

Es un sufrimiento “sustitutivo” y redentor, que “quita el pecado del mundo”, porque lo asumió con amor, lo que es capaz de superar el mal de todo pecado, y de crear el bien allí donde hay ausencia del mismo.

El sufrimiento de Jesús tiene dimensiones humanas, pero con una profundidad e intensidad únicas, por ser Dios.

La extensión y profundidad del mal sólo podía ser abarcada por la extensión y profundidad del Amor del Hijo de Dios, que coloca el bien de la salvación donde está el mal de la condenación.