La contabilidad de la muerte

Autor: Padre Guillermo Juan Morado 

 

 

Un aborto cada 6, 2 minutos; 230 al día; 84.000 al año. Es el balance que arroja la siniestra contabilidad de la muerte. Cada año, más de 80.000 seres humanos, en diferentes etapas de crecimiento, son tirados a la basura. Desde el año 1985, en el que se despenalizó, en determinados supuestos, el delito del aborto, la contabilidad de la muerte no hace más que subir. 

Se facturan muertes como quien factura beneficios en una empresa, y en algún caso la comparación no puede ser más literal. ¿Habrán leído estos datos los legisladores? ¿Se puede ser político y dormir tranquilo conociendo estas cifras? ¿Podemos seguir cantando las alabanzas de nuestro sistema de libertades cuando es patente que el derecho básico, el derecho a la vida, es conculcado de este modo? ¿Seguiremos cruzados de brazos? 

Dos millones de personas salían hace poco a la calle para pedir un cambio en la LOE. Pero para defender el derecho a la vida, tendríamos que salir más de dos millones, muchos más. Con los políticos al frente. Con toda la gente de bien. Hasta con la Conferencia Episcopal en pleno. 

Es escalofriante saber que, según las estadísticas, una de cada cuatro mujeres de las que abortaron en 2003 ya habían pasado por una experiencia similar en años anteriores. Ya habían abortado, antes, una o dos veces. Es decir, se aborta como si nada, como si fuese lo de menos, como quien se extirpa un grano molesto. 

¿Qué hacen las leyes para proteger la vida de los concebidos aún no nacidos? ¿Qué hacen las leyes para proteger el trabajo de las mujeres embarazadas? ¿Qué hace el Gobierno? ¿Qué hacen las Comunidades Autónomas, las Diputaciones, los Ayuntamientos? 

¿Dónde se celebran las Misas por tantos muertos? ¿Dónde tañen a difunto las campanas? ¿Dónde están, en la calle, las mareas blancas de la solidaridad contra un desastre ecológico inigualable? 

¿Qué va a ser de un país que mata a sus hijos?